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H.-LOR CO:'.\VR:'?fOS 1. Dificultades. - 2. Pel'misos para las fundaciones. - 3. Nuevos convenlos.-4. Intentos que se j'rustran.-5. Los planos de con– ventos e iglesias.-<i. Estadística general. 1. La Provincia inició su vida autónoma en uu ambient~ poco favorable para su desarrollo. Era opinión corriente en– tre los econonüstas de aquel período histórico el atribuir, al menos en parte, la decadencia de España al crecido número de religiosos, clérigos y estudiantes. Razón por la cual enfre los remedios que el Consejo de Castilla propuso a Felipe III ,,n febrero de 1619 para aliviar la tristísima situación por que atravesaba la nación, uno era éste: "Que se pidiese al Papa que pusiera límil<~ en el número de religiosos y de monasterio::;, pues la muchedumbre causa relajación; que ninguno entra– se en religión antes ele los dieciséis años, y no se profesara antes de los veinte" (1). Y efectivamente el Rey prnhibió l fundaci (m ele nuevos conYen l.os en sus reinos: pero los Cn– puchinos superaron rslP obstó.culo apelando al privilegio a11- foriormente concedido de fundar en :Jl\ ciudades (2). Además no era raro el caso dr1 tropezar enn la obstrucción de las cohrnnidades ya establecidas en los lugares que 1iedía11 ln fundaciún capnehina, lns r-uales, basándose en la,; leyes quu regulaban la vecindad de !ns casas religiosas, s(' quef'rllaban (1) Cf. .lcuA:-; ZAnco. U. :'!. ,\., El Licenciado Miyue/.. Caja ele Le/'1/ela ?J las causas lle la ckc,u/enr"ia. tle <'ll 1/eli()ilin !f CuUurn, HJ:J.\, t XX\"L p. :rno, 414. (2) cr. Anales .. p. 27, 60.

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