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IV.-EL ESTUDIO Y EL APOSTOLADO L El primer Cll1'SO y el primer lector.- ·2. El apostolado de la 1m– lalna.-a. En el confesonario. 1. Muy pocas noticias conocemos acerca de la formación intelectual de los primeros Uapuchinos castellanos. Bien que casi todos los fundadores vinieran ya con los estudios ecle– siásticos terminados, se pensó luego afrontar el problema de los estudios de los candidatos. El primer curso. de que tene– mos notici:t se inauguró en Matlrid el 2 de febrero de 1612, trasladándose en octubre del mismo año a la nueva residen– <·ia de Alcalá de Henares, bajo el magisterio del P. Agustín d•! Granada. En la junta definitoria! celebrada en El Pardo el 31 de í~m– ro de 1611- ·'pusiéronse 1G estudiantes en l\fadrid; lector el Pa– dre Agustín de Granada; y leíales a los primeros que tu vi i thrología y a los recién puestos las artes" (1). Hasta la erección cnn(mica de la Provincia de Castilla Pl único lector de que hablan los documentos es el P. Agustín. 2. e\ más del buen ejemplo, los primeros Capuchinos cas– ltHanos inslruían a los fieles por medio de la predicación, in que ejercitaban con i.nucho fruto. Recordamos entre los pre– dicadores inás esclarecidos al P. Diego de Quiroga, quien pN:– dicando rn la toma de posesión de casi todos los convento..: /!\/Indrid, Toledo, El Pardo, Salamanca) conquistaba y atrafo : al P. :F'rnndsco de Sevilla, llamado el Aguila de los prediei,i- {1; CL Anales, p. 3::i.

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