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10 EL GOTvH;-<.\ntXl'O flENEH.\L DE CASTILLA dt:•1wl Arzobispo de Toledo, H. Bemurdo Rojas y SandovaL como también la licencia- del Ordinario del lugar. Tan con– vencidos estaban todos de que la fundación sería pronto una realidad, que hasta se había hecho provisión "de sayales puru recihir algunos novicios que ya pedían el hábito". Pero muy pronto cambió el viento. Los Descalzos, Obser– vantes y Benedictinos se oponían por todos los medios a la proyectada e inminente fundación capuchina, ni faltaron tam– poco folletos difamatorios, que intento.ron desprestigiar la 01·– den (:3' 1 • Los contrarios ganaron para su causa al Duque dL• Lerma. D. Francisco Sandoval, el cual comunicó al Cardenal dP To!Pdo la orden dada por el Rey de que suspendiera la ges– füm iniciada a fav01· de los Capuchinos. Por desgracia, había fallPcido entretanto el Comisario General, P. Buenaventura d•· Catanzaro, y el asunto de la fundación pasó a la incumbencia del Provincial dP Cataluña, P. Hilarimi de l\fodinaceli, "muy santo varón, pero remiso mucho para cualquiera empresa de nlgunn dificultad"; el cual avisó a !os delegados de Madrid ,¡11P regresaran a la capital catalana. Sin embargo, el P. Vn– lladolid, que no obstante las múltiples dificultades contaha en la Corte con buenos y poderosos amigos, le dió en contesta– eión muy buenas esperanzas, y así pudo continuar la emprP– sa comenzada. La oposición, ora sord,1 y oculla, ora clamorosa y pública, arreciaba día tras día; quiPnrs debían decidirse y eon su decisión 1·esolverlo todo, inyeutuban y multiplicaban los pretextos, y no sr concluía nada. Entonces el P. Vallado– lid. hastiado sin duda de tnnto esperar y conlemporizm>, co– nwtió la imprudencia dr enviar a Felipe III "un papel algo desazonado'', que le valió la inmediata expulsión de In Corle. Así terminó el episodio del año Hl06, que ron tan hala- 1 3) El más famoso de estos folletos PS('l'ilos contra los Capuchinos fué el que hizo imprimir el P. Francisco de Sosa, 01.isrrvante, dirigido a Feli– pe rrr, "en razón de que no convrnía (lar licencia a los Padres Capuchinos para fundar conventos en la Corona de Castilla". Cf. Tratados del Illvstris– sirno y Rcverendissimo Señor D. Fr. Francisco de So,m, p. 2GC-296. Sala– manca, 1623. De este folleto o Mrmorial cscrihe rl P. :\IarLín de Torrecilla: "Dichos apuntamientos Pslán, sc~·ún ten¡rn enlPndido, rrcogidos por el S. Tribunal. Dije según tengo entendido, porque no lli' Yisto instrummtos dP!lo, si bien me lo han rcflrmado personas fidedignas; es lo cicrto qne a lo menos están comprrndiclos en las reglas generales (•!, rrgla 16, se- gún lo que he oíd() clcrir que contienen". AJJi•l/igema, espejo y c.1·1·clcncins, p. 314.

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