BCCCAP000000000000000000000189

LOS ESTUDIOS (!889-1945) ~73 rlinü Fr. Mir1;orum Capuccinorwn, que consta ya de cinco vo– lúmenes, en los que van incluídas las Crónicas de Mario de l\frrcato Saraceno (t. I, Assisi, 1937), Bernardino de Colpetraz– zo II-IV. Assisi-Roma, 1939-1941) y Matías de Saló (t. V, Roma, 1946). Suyas son también las obras siguientPs: Los no– iegios será/icos en la Orden de Menores Capuchinos (Mn– drid. i93G), Una /'lor siempreviva. Sor María de los AngP,les Sorazu. (Madrid, 1941), Itinerario místico de la M. Angeles So– razu (t. I, Madrid, 1942), La bella e santa ri/'orrna dei Frati Jf;– nori Cappuccini (Roma, 1943). Entre otros estudios históricos aparecidos en Collectar/.lfJa Franciscana, órgano del Instituto J-Iistürico de la Orden, recordamos estos dos: El P. Pedro Tri– goso de Calatayud, promotor de los estudios buenavenluri,i– nos (1035, t. V. págs. 45-67, 370-417) y Los Generales de la Or– den Capuchina Grandes de España de primera clase (i!H:3, t. XIII, págs. 253-302. Los PP. Teófilo de Gusendos y Cornelio de San Felices, prü– frsores en El Pardo, editaron para uso de las escuela-; una .4 ntología griega, (Madrid, ,1942). El P. Constancia de Aldeaseca escribió la siguiente mono– grafía sobre la pobreza: seráfica: De natura iuridica paupr•r– tatis in Ordine Fr. :lfin. Capuccinonmi (1525-1638, Roma.e, l!H-m. Del P. Buenaventura de Carrocero:, cronista y archivero provincial, son estos libros: Necrologio de los Frailes M!!wires (Japuchinos de lli Provincia del S. Corazón,. de Castilla (Ma– drid, 1943) y ."4fártires capuchinos de la Provincia del S. Co– razón de Jesús, de Castilla., en la revolución de 193(; (Madrid, H)4,4). Fray Antonio de Vera ( 1852-1942) cultivó con singular acierto la escultura, como lo demuestran las :numerosas ta!Jas de la Divino: Pastora, ·santos y beatos de la Orden que se i;on– servan en los conventos de España y aun del extranjero (4). (4) Cf. BUENAVElITUHA DE CARROCERA. Secrol0(liO. p. 21. l 8.-Los Capuchino~ en Castilüt.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz