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268 LA OllSER\"A:-CIA llEGl'LAll (ifü 1 H-1 \HG evangélica. LTna vida así merecía una corona digna de ella; y, en efecto, se extinguió aureolada con la palma del martirio. La sangrienta revolución de julio de 1936 le sorprendió en Madrid, y el. 12 de agosto cuía bajo la metralla de los enemi· gos de Dios y de su Iglesia este intrépido soldado del ejército de Cristo y de Francisco. Muchas de las personas que le cono– cieron y trataron hablan de él como de un verdadero santo; a él se encomiendan y dicPn haber sido socorridas en sus nece sidades (6). 3. A Cl1lllinuación rnenciouamos algunos de los hermn nos legos que dejaron en pos de sí el perfnme de sus virtudes y el recuerdo de su vida vcrdadera·mcnte cj cmplal': un misio– nero, un limosnero y un sacristán. Fray Juníprro de Sun :Miguel de Escalada (1870-HH6,i fu,~ destino.do en HJOl a la Custodia de Venezuela, y al año siguien– te se trasladó a Maracuilio, en donde transeurre casi toda s11 vida religiosa. Humilde y silencioso cumplía sus humildes de– beres, y con verdadrro celo ayudaba a los sacerdotes prodigán– dose en la enseñanza de In doclrina cristiana en los ban·ios nm– racaiberos. Una repentina enfermedad segó su existencia terrP– na el 16 de febrero de 191G. Años después esta humilde y ocul– ta violeta rxhuló su perfunw; aruclieron los devotos y ad 111 i– mdores a su sepulcro, y, según parecr,, Dios premió su fe sa– tisfaciendo sus súplicas por intercesión de este crloso herma· iw lego misionero (7). El campo de misiones de Fr. l\1rlquiades de Villapú11 (18()1- 1925) fué principalmente la provinci.a de Santander, la 1•uc1: recorrió en todas las direcciones, desempeñando por mucho" 11fíos el delicado v abruh1ador oficio de limosnero en el con– vento de Münteha"no. El ejercicio continuo de In presPrn:in. ti: Dios era el fuego inextinguible que alimentaba su vida inte– rior y se manifestaba en la práctica: de las virtudes religio– sos: caridad, humildad, modestia y penitencia, con las que Pdificaha a propios y extr11ños, y que Dios parece h1lllel' rr- (6) Cf. BUENAVE:-.1THA lJE GAllllOCEHA, Sccrologio, p. 20:J, y Los mártiref capuchinos, p. 4.1-56. (7) cr. CAYETANO DE CAHTIOGEilA, Cincuenta años de apostolado, p. 322 sig. ;. BUENAVENTl.'IlA DE CAHHOCETIA, z,¡ ecrologio, p. 45.

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