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:26U !lE;',\HllULUJ !JE LA Pl1D\'i:\C!A 1 ,1R89-i93G) tos, y el 28 de junio de ,1935 se obtiene de la Sanla Sede la facultad de erigir una segundo. casa en Madrid (Cuatro Cami– nos); pel'o sobrevino la tragedia de 1936 y esta residencia uo pudo inaugurarse. 3. Y así llegamos al '18 de julio de 1936. Eu aquella fe– cha. memiwable la Provincia capuchina de las do's Castillas lerda doce conventos en la Península, doce residencias en el Vicariato Apostólico del Co.roní y siete en la cuasi JJ1isión o Custodio. de Venezuela y Cuba, con un total de 366 religiosos y 178 alumnos en el Colegio Seráfico. !11 Desde el .\lzo.rniento Nacional (ifl36-1945) !. El Alzamiento.-2. Pm·te que en él tomal'On los Capuchinos castellanos.-3. La reconstrucción.-11. Estado actual de fo Pro– 'Vincia. 1. No ]JUy para qué detenernos en este lugar a explicar las condiciones políticorreligiosas en que se desarrollaba la vida nacional en 1936, después de un lustro agitadísimo de constitución republicana. Baste decir que no eran favorables; al contrario. De un momento a otro se esperalia, entre angus– tias y temort1s, lo que efectivamente sucedió a partir de julio ctl' aquel año, con caracteres de traged.iü . Un ineludible deber patriótico impulsó a un grupo de vaíientes militares, apoya– dos por todos los 'mejores espn,ñoles, a empuñar las armas para ponel' término n la anarquía reinante. 2. Estalla el movimiento nacional el '18 de julio y España queda dividida en dos partes: la zona roja y la zona nacional, que comprendían casi a partes iguales el territorio de la Pro– vincia capuchina de Castilla. En la primera quedaron encla– vados seis convento·s: Madrid (Curia Provincial), El Pardo (Co-