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Ml~JOc;E:-: E~THE l:'<J·'!ELES 20:í 4. El Obispo de Santiago de Cuba propuso al Hey en di– Diembre de 1. 781 la fundación en La Habana de un Colegio de misioneros capuchinos, que se encUL·garan de predica!' en la isla y proveer de personal a la colonia de Luisiana. El Hey se dirigió a los Superiores de Castilla, quienes desde luego acep taron el proyecto; pero a causa de la guerra que entonces so– brevino no pudieron realizarlo. En febrero de '1783, habiéndose ya terminado la guerra, el Ministro de Indias "insinuó a los Superiores la solicitud de Su Majestad y los deseos de la promflta execución de sus proyectos. A los que, accediendo con prompta solicitud N. P. Provincial y R. Definición, determi– naron dirigir carta circular a los conventos de la Provincia a fin de que los religiosos que encendidos en la gloria de Dios y salvación de las almas quisiesen dedicarse a tan santos mi– nisterios, pudiesen suscribir voluntariamente. quedando al cu– bitrio de N. P. Provincial la elección" (12). A propuesta del Consejo de Indias se nombró Superior de la Pxpedición al Pa– dre Isidofü de Fermoselle. con el título de "Prrfeeto de las misiones de Ln Habana, isla de Cuba y Floridas". Los misio– neros saliPron de la Provincia en dos tandas, los meses de octubre y noviembre de 1783, 0mbarcándose todos en Cádiz el 24 de febPero del año siguiente. El Prefecto había pertene– cido a las comunidades de Toro y El Pardo, en las que, como queda dicho. estaba en todo vigor la observancia re8·nlar; tal vez por haber querido establecer en el Colegio ele La Habana los rnismos usos y costumhrPs fur\ causa de algunas dificul– tades. El 30 de septiembre de 1791. al mismo tiempo que pedía otros veinte misioneros para La Habana, el Rey escribía a.1 Provi1wial que debía continuar el P. Fermosrlle como Supe– rior; pero el 19 de enero de 1793 dejó en libertad a los Supe- 1·iores de ia Provincia para que eligieran al sucesor, y fué nombrado f'l P. Adrián ele Estavillo. Con esta ocasión se de– terminó que el Prefecto, si se hallaba en la Provineia durante la erleb1·arión del capítulo, tuvirra yoz activa y pasiva. como (12) Cf. T'iridario auténtico, p. 560-561. Casi todas las noticias aquí re– cogidas están entresacadas de esta fuente his,,\rica. Véase también el Padre Antonio lle Castillo en la olmt antes citada.
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