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1\llSIONES ENTRE INFIELE:-' 203 pañero nombrado por el Rey; ambos residían en Madrid, subvencionados por el Estado, y se gobernaban en sus atribu– ciones por un reglamento particular aprobado por el Monarca. Los titulares eran presentados sucesivamente por cada una de las seis Provincias y duraban en el oficio siete años. De los castellanos conocemos solamente el uornbre del P. Félix de Villaumbrales, quien desempeñaba dicho cargo, juntamente con el de Procurador de Provincia, el año '181G. Estos Procura– dores generales de las misiones de América residieron gene– ralmente en el convento de San ;\ntonio del Prado (21. 3. Desde 1722 la vasta región del Mississipí denominada Luisiana fué evangelizada por los Capuchinos franceses; peru en 1762 Francia cedió a España aquella colonia, y, como sue– le suceder casi siempre, con el cambio de dominación política cambió también la jerarquía eclesiástica (3). Con el primrr Gobernador español, D. Antonio Clloa, llegaron el mismo año 1762 los dos primeros Capuchinos castellanos para continuar u organizar entre los españoles la labor del apostolado; ernn los Padres Antonio de Mesones r Clemente de Saldaña (l-¡. rrranscurrieron dos años, y al abandonar las tropas españolas Pl país regresaron también los dos misioneros. El H) de julio de 1772 llegaba a Nueva Orlráns una expedición de operarios rvangélicos, y entre ellos los Padres Luis de Quintanilla y An– gel de Revillagodos, quienes habían salido de la Provincia el 22 de noviembre del nño anterior (5\. En años sucesivos, so– bre todo desdn que se fundó el colrgio de La Habana, Castilla continuó mandando religiosos a aquellas regiones. Los misio– neros, en lo eclesiástico, no dependían ele la Congregación dP (2) Cf. Viridario auténtico, p. M8. fi11, 7,!7; J.i'HOI!,c\'.\' DE HlO'.\'EGHO, O. F. M. CAP., Cartas y documentos de las misiones de los PP. Capuchinos en Venezuela, p. 11, Vigo, 11l31; Collectanea Francisc., 1933, t. III, p. 128. (3) Acerca de estas misiones véanse: Analecta Ord. Fr, Min. Ca¡mcci– norum, 1917, t. XXXIII, p. 192; 1925, t. XLI, p. 127-129; CLAUDE L. VOGEI,. O. F. M. CAP., The Capuchins in French Louisiana (1722-1766), en Fmncis– cans Studies, New Yol'k, 1928; !DEM, The Capuchins o{ Lotrer Louisiana,, en The Franciscan Educational Conference, 1!J36, t. XVIII. p. 198-212; ANTO– NIO DE CASTILLO, O. F. M. CAP., La Luisiana )I el P. Antonio (te Seclella, Puerto Rico, 1929. (4) Cf. CLAUDE VOGEL, The C(l;]JUChins of LOll'eJ' Louisiana, p. 213; AN– TONIO DE CASTILLO, ob. cit., p. 16. (5) Cf. Viridario auténtico, p. 476.

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