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1!)8 LA \!])A DE l,A PHOYI:'iCIA (17íü-J83G; 8. Entre las devociones propagadas en el pueblo cristiano por los Capuchinos castellanos sobresale el culto a la Divina Pnstora de las almas. Tuvo origen esta devoción por obra y méritos del apostólico varón P. Isidoro de Sevilla, en -1703. Rápidamente se extendiú por los reinos de Castilla, León y Ga– licia; bajo sus auspicios se fundó en 1765 el colegio de mi– sioneros de Toro: Jué un hijo de Castilla, el P. Nicolás de Bus– tillo, quien, en su cualidad de _Definidor General, logró en Roma la aprobación del oficio y misa en su honor (23). Los pt·edicadores y misioneros llevaban por doquier esta devoción. Cuando en 1781 se fundó el colegio de misioneros de La Ha– bana, los Capuchinos castellanos dieron a conocer el culto a la Divina Pastora en la perla de las Antillas: su imagen fw, colocada en un altar de la capilla y desde entoncrs "sus fies– tas son de las más concurridas y celebradas''. El año 1816 su imagen se paseó triunfalmente por las ca– lles de Madrid, y luego se colocó "con el decoro debido en el convento de San Antonio, como matriz de todos los de la Pro– vincia de Castilla.,. El 8 de diciembre de '1818 se Prigió en dicha iglesia una congregación en su honor, crlebrándosu anualmente la novena de preparación a la fiesla con inusitada pompa y esplendor. Tan popular se hizo en la capital esh devoción, que "la imagen de la Divina Pastora de la iglesia de San. Antonio era una de las imágenes de mayor devoción y culto en la villa y corte de Madrid''. La comunidad capuchina de Salamanca propagó el culto a toda la diócesis, y lo mismo puedP derirse de las demás pro·· vincias en las que había conventos o predicaban los religiosos. Ni éstos se rontentaban con darla •1 conocer con el ejemplo y con la palabra; también se sirvieron de la pluma para can– füi• sus glorias y celebrar sus triunfos. En 1788 uno de lo!3 misioneros de 'l'oro publicaba en su honor una devota: nove– na. (24). El P. Fermín de Alcaraz editó en 1831 una obrita "que es v<wdaderamente un hermoso trabajo de exquisito sabor ascético que empuja a las almas hacia la Yirtud con violencia (23) Cf. Beata Maria Virgo Divini Pastorls J{ater et Minores Capuccíné, in Analecta Ord. Fr. ilfin. Capuccinorum, 1887, t. III, p. 326. (24) Cf. c. FEnNÁ:SDEZ Duno, Colección bibliográ{'icobiogrdfica de noticias ¡•eferentes a Zamora, p. 98, 310, 316, Madrid, 1891.

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