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LA VIDA DE LA PROVINCIA ( !'i Mi-1836) ventajas y excelencias de las ordenaciones del P. Colindres, juzgaba algún tanto excesiva la independencia de la comu– nidad con rplación al Provincial, y para evitar posibles y pro– bables incouvenienles pretendía resm·varse el derecho de in– lPrpretación dP las mismas. El Rey se opuso resueltamente, <·1t!iíicando dP infundados los temores, y el Papa concedió PI !Jreve tal y como. lo deseaba el Monarca, quien sufragó todo:-, los gastos ( 6). Entre los muchos misioneros del Colegio de Toro, men– vionaremos en este lugar a los Padres Juan de Zamora, Isi– dol'o de Fc1·moselle, Inocencio de Matute ( t 1778), Joaquín d~ Pol'tillo (t 1807), Miguel de Santander (t 1831). Eugenio d1° 8ií•leig1esiac; (·¡· 1773), Jos(i de la Mota (~- 1807). 3. Para combatir y deslenar Pl mal gusto imperaute y dm· a los futuros predicadores una aclecwuia preparat:i(m literario y 1•sti'•tica, además de la doctrinal, la Provincia ideó e intentó ln fundación de un curso especial de elocuencia, en el que los j <Í-· H'HPS dPbían dedicarse por espacio de tres años al aprendí zaj <' teórico y práctico de la oratoria sagrada. Esta iniciativa dd provincialato d31 P. Marcos de Reinosa puede interpreta.r– se como una vigorosa reacción a la corriente imperante del µyrundianismo. Nos son conocidos los estatutos y ordenacio– HPS por que debía regirse este colegio, pero no hemos podido averiguar ci llegó a realizarse el proyecto (7). Parece sr,r que Pl ingreso ern libre. El cur8o durnba tres nño.c; ~· comprendía lres asignaturas principales, que explica– han ofros tantos maestros: la Sagrada Escritura y la disciplina Pch•siástica y liturgia. Las reglas pro¡mesta·s en el reglamento constituyen un verdadero tratado de propedPutica encamina– cta a fornwr rl verdadero orador sagrado. (6) La documentaci!Jn referenlc a este episodio del colegio üe m1swne– ros de Toro se conserva (m el Arch. de la Embajada de EspÚfía, Lea. 217, número 14; Lea. 219, n. 56, 98 y otros; y en Fl Archivo provincial de Cas– tilla (~íadrid). Como es sabido, el P. Colindres fundú otros dos colegios de misioneros, uno en Sanlúcar y otro en Monúvar. 1'71 Ordenaciones y estatutos para el cole,qio de misioneros que se luJ. 1le fundar en esta provincia de Capuchinos de la Encarnación de las dos Castillas, siendo Provincial el R. P. Fr. Marcos de Reynosa, Madrid, 1785. :1<11 P. Andrés c!P Palazuelo (cf. Vitalidad seráfica. Segunda serie, p. 229-238), parte rle estas ordenaciones.

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