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172 LA YIDA DE LA PROVINCIA (1746-1836) el capítulo para el 25 de abril de 1799. Los capitulares, de común acuerdo, le presentaron un Memorial, en el cual "pe– netrando las circunstancias ele un capítulo, huyendo de los peligros que acaso se presentan y akmdiendo a la quietud y serenidad de sus conciencias", renunciaban a todos sus de– rechos en la persona del General, para que por sí mismo eli– giera los Superiorrs mayores, como efectivamente lo hizo. Conservó las riendas del gobierno hasta el 20 clP mayo fl,, '1806 y murió en rvradrid <Hl 1808 (15:. 5. El 15 de mayo de 1801 put'llicaba Pío VIl la bula lnter graviores, la cual erró un nuevo estado de cosas en España :,– estuvo teóricamente en ,·igor casi lodo el siglo. Jlr aquí, com– pendiado, su contenido. El Papa, después de alabar la piedad de Carlos IV, manifiesta cómo habiendo nombrado el año an– lririor Visitador de las Ordenes religiosas rn España nl Car– denal Arzobispo de Toledo, Luis de Borh<'m, óste li· hulda in– dicado la conveniencia dP nombrar Viearios gPnern lPs qn" residieran en la nadún y la gobernaran indqwndirnlemPnlr del Genera 1 . Por tanto, determina que Pn lo sw'esivn l'l Supe– rior grnrr'.ll sea alternativamente rspafüil y PxLrnnj Pro; cuanclo sea un español, se elegirá y rrsidirá en España. y en Roma en el caso contrario. Cuando el Grneral sen un extranjero, los religiosos españoles tendrán un Vicario general, elegido por ellos mismos, el cual residirá siempre en España. Si smgie– ren dificultades acerca de la rlección de dirhos Vicarios, J¡¡;; resolverán los electores, y si no pudieren ellos, lo hará la San– to Sedr. Si quedare vacante el oficio (!¡,¡ Gcn(•t·al. la Ph,eeit'in del sm'esor compete a la parte l'cspecliva (lf\\. El P. Franrisco dr Solclrnga, que eon tanto k,1ín y atierl(1 había defendido los derechos de los religiosos durante la do– minación napoleónica, fué uno de los dos GenPra ]ps españolrs que desempeñaron el oficio durante el período de la alterna-– tiva. El 30 de enero de 1818 el Rey, con una RPal orden, man– daha a su Embajador en Roma que, supuesta la imposibili– dad de celebrar un capítulo general, pidiPra a Su Santidad se (15) Cf. FE!,ICE DA MAnETO, ob. cit., p. 240; MELC!!OR DE PODLADU!lA, art. cit., p. 296 sig. (16) Cf. Bullai•ium cit., t. IX, p. 291-295.

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