BCCCAP000000000000000000000189

Hili DE;-,AHHOLLO DE LA PROVINCIA cretos (19 febrero, 5 y 8 marzo), sup1·imiendo radical y defi– nitivamenlr, todos los conventos. El nuestro de Segovia es abandonado a principios de febrero. Y empieza la confiscación. En todas las ciudades se nom– bran comisiones especiales para inventariar los libros, pintu– ras, esculturas y otros bienes que pertenecían a las injusta - mente supeimidas Ordenes y Congregaciones religiosas. 8. Así se perpetró el gran crimen de la exclaustración dPi siglo XIX. La Provincia capuchina de Castilla perdió irrepa– rablemente veintiún conventos. Cerca de trescientos religiosos fuel'on expulsados de las moradas por ellos libremente esco– gidas (22}. Algunos volvieron a sus casas; otrns se pusieron al servicio de las parroquias; éstos prefüieron el destierro a verse obligados a despojarse del hábito seráfico; aquéllos buscaron en tierras de A1rn~rica campo a su i'Prvor apostólico. La piqueta rlemoledora de la revolnri(m interrumpía brutal– mente una tradición de más de dos siglos, rica ele méritos ante Dios y fecunda de frutos ante la Patria. Tal es el balance con que se cierra este tercer período ele la historia de 111 Provincia capuchina ,;e la Ern:·arnación de las dos Costillas. ,21,' Según la Pslmlíslicil de ln~ provmcrns cs¡niiolas publicadil en el capítulo gem:1'<1l dPl !1 de junio if::30, la Provincia de Castill,1 tenía entonces veintiún convelltos, un seminario, tres novieindos, sielP rstnclios, ciento nue– ve predicadore,-, \einte saecnlolPs simple,.;, ochenta y tres coristas y se– s,,nlrt y siete llcrmanos legos, o sea <loscientus setenta y nueve rcli¡:dosos pro– fesos.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz