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164 DE6Al1110LLO DE LA PROVINCIA a exponer a dicho Consejo en un informe "exacta e indivi– dualmente las providencias adoptadas en la suspensión del Provincial de Castilla, Fr. Félix de Villaumbrales, causas fol'– zosas que la han motivado y estado doloroso en que por la obstinación de dicho Provincial se ,mcuentra su Provincia". El P. Félix, por su parte, contaba con poderosos amigo·s en la Corte. y el Rey, "en virtud de Real orden, 'manda queden sin efecto la suspensión y demás qtrn se le ha notificado al P. Félix dé Villaumbrales, Provincial de Castilla, por ·manda– to de N. Excmo. y Rvmo. P. General Fr. Juan de Valencia". Como respuesta a esta Real orden, el Comisario y Visitador envía al Monarca "un epítome historial de los disturbios acae– cidos eil la Provincia desde 1830 al 1833" (18). Mienkas tanto, el h'ienio agitado y turbulento del P. Félix tocaba a su fin. Los vocale:s fueron convocados para el 6 de septiembre de 1833, mas una Real orden retardó la celebra– ción del capítulo hasta el día 9. El P. Lino de Cantalapiedra, íntimo colaborador del ex Provincial, fué el llamado a regir los destinos de la Provincia en aquellas calamitosas circuns– tancias ('19). Continuó en la actitud de protesta de su antece– sor: pero el 8 de diciembre de 1833, la S. Congregación de Obispos y Regulares envió a entrambos las últimas amones– taciones canónicas por el recurso hecho al Tribunal de Cas– tilla (20). Los Supm·iores de Castilla pretendían conseguir la unión con Roma prescindiendo del nuevo orden de cosas creado por la bul11. lnter gradares; por eso se comprende que obtu– vieran, por lo menos durante algún tiernpo, el apoyo del Vi– cario General, rnsidente en Roma, y de la Santa Sede; pero los reem·so~ a las autoridades civiles comprometieron el éxito de sus esperanzas. Lo que no se comprende es que el Rey y sus Minislros los favorecieran en sus gestiones, pues, como decimos, práctiC'a'mente se quería suprimir la dependeneia de los Superbres Generales de la Corte de Madrid. (18) Cna copia de toda esta documentación sr conserva en el Archivo provincial df• los Capuchinos de Valencia. También se conservan varios do– cumentos rn el Arcllivo general de la Orden. (19) Cf. Erario, p. 328. (20) Roma, Arcli. geneml de la Orden, Ilispania A. Jll.
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