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DESDE LA SUPRESIÓN DE f808 HASTA f836 161 pensas una hermosa capilla en honor de la Divina Pas– tora (10). En 181 í, había vuelto a España Fe'mando VII, quien el 26 de mayo anula de un plumazo toda la obra legislativa de las Cortes gaditanas, y manda que se devuelvan a los religio– sos los conventos y los bienes. de que injustamente habían sido despojados. Pero no todos los religiosos se hicieron un deber de J'eintegrarse luego a sus respectivas comunidades. El misino Monarca, en dos sucesivas circulares dirigidas ;1 los Generales y Vicarios Generales en los n1eses de noviem– bre y dicien1bre, les manifestaba su voluntad de que insis– tieran a fin de que los súbditos recalcitrantes o perezosos vol– vieran cuanto antes a los conventos abandonados (11). Se adivina fárilmenie el estado de desorganización en que hubo de desarrollarse la vida religiosa de la Provincia los años de la dominación napoleónic,L Desde 1806 no se ba– hía podido convocar ningún capítulo ni reunir la definición. Habían fallecido PI Provincial Francisco de Tolosa, varios Su– periores lo,:ales y padres condecorados. Por tanto, al adveni– miento de Fernando VII, después de ocupar nuevamente los conventos, no era cosa fácil reunir o convocar canónicamente los capitulares para proceder a nueva:s elecciones. Pero el Su– perfor provincial, Francisco de Solchaga, era un hombre de pulso y no temía las dificultades ni retrocedía ante los obstácu– los. De ncnerdo, pues, con el Vicario General, P. Mariano de Bernardos, y con la aprohación del Nuncio, procedió inmedia– tamente a cubrir los puesfos de los vocales vacantes: el 28 de abril de 18'15 pudo reunir en Madrid el capítulo provincial, siendo elegido el P. Buenaventura de Gumiel, ex lector y exa– minador sinodal del Obispado de Segovia. La juventud había sido dispersa o alistada: en las filas y cerrados los noviciados; de ahí la. imposibilidad de organizar los estudios; pero ya el 6 dr dicie1nb1·e de 1816. la Definición, rennida bajo la presiden– da del Vicario General, determinó poner el curso de teologfo: en Valladolid y el de filosofía en San Antonio, del Prado (12). (iO) Cf. FEllMÍN DE ,\LCAllAZ, La Divina Pastora. p. 30-40, 2 ed., Sevl- l!H. 1903. (11) Cf. A;imnosrn DE VALENCINA, ob. cit., p. 278 sig. (12) Cf. Erario, p. 3ot sig. 11.-Los Capuchinos en Castilla.
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