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EL APO;-iTOLADO ENTRE FIELES 1:2! con el mayor fruto posible. Los Padres Diego de Toledo, Juan de Santiago y Basilio, de Zamora compusieron tratados en los que proponen sus experiencias y sus consejos para ayudOI' a bien morir a: los agonizantes (31). Los religiosos del conven– to de La Paciencia tenían a su cuidado los enfermos del hos– pital de la Pasión, a: quienes iban a: confesar todos los mar- .tes (31a). 7. Asimis:mo, plácenos hacer aquí menc10n de una ohra de exquisita caridad practicada por nuestro·s antepasados y de la que estamos debidamente documentados por un testigo de vista. Nos referimos al entierro de los niños de familias po– bres, que los Capuchinos de Castilla hacían por cuenta pro– pia (32). Dos eran los rasos que se presentaban: o bien los párvulos se enterrahan con cierta sokmnidad, por devoción d(• sus padres, en la sepultura de los rcJigiosos, o bien se dalw sencillamente sepultura a los niños pobres que se ponían en nuestras iglesias. Para uno y otro raso había establecidas cr– remonias particulares (33). 8. Por último, también puede considerarse como forma de apostolado la: costumbre ele distribuir limosna a los pohrPs a la puerta de los conventos (34). (31) Cf. ANDRÉS DE PALAZUELO. nb. cit., p. 199; APOLLINAUJS A VALEN– TIA, Bibliotheca prov. N eapolitanae, p. 49; MART!N DE TORRECILLA, Apolo– gema, p. 230, n. 779. (31a) Cf. JOSÉ DE NÁJERA, Espejo místico, p. 117. Madrid, 1672. (32) Así se halla enunciado en la relación del viaje del P. EMMERIC!l FJSCHER VON HALL, Sieben-Jahrigen Wanderscha(ft, p. 13. (33) Cf. Ritual o Ceremonia!... para el ll8'J <le la Provincia de Castma. p. 204-208. , (34) Cf. Colle!'/anea Francisc., 1934, t. IV, p. -105: S( refiere a la cos– tumbre del convento de S. Antonio del Prado.

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