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1:21! LA \ lll,\ !JE LA PHOVlNC!A •)Üil-l-·J7';(i• :F'raca·sada la primera expedición de misioneros al Darién, mientras éstos esperaban pasaj P en Panamá para regresar a la patria:, el año 1653, se declaró una ierrible peste en algunas ciudades, y entonces los religiosos se dedicaron con caridad y desvelo al cuidado de los apestados y en tan piadoso ejerci– cio perecieron dos de ellos, el P. José de Villal villa, enterrado en el convento de San Francisco, de Panamá, y el P. Francis– co de Vallecas, a quien dieron sepultura en la parroquial de Puerto Vel., (26). Los demás permanecieron allí hasta que cesó el contagio. Otro misionero, el P. Diego de Casalarreinu, que había for– mado parte de la expedición a Guinea del ,U. de julio de 1677, hubo de regresar por causa de enfermedad desde Canarias: pero antes de llegar a Cádiz la embarcación fué apresada por los piratas, le llevaron a Argel y le vendieron como esclavo. Entre los cautivü's, a quienes asistía con celo en las cosas e.s– pirituales, se propagó la peste, y con no menor celo y entu- sia·smo se dedicó entonce,; al servicio de los apestados, ataca– dos de la: peste en julio de '1678 (27). Del P. Pablo de Colindres refieren sus biógrafos que "ern continuo en los hospitales en Orán, España y Roma" (28). Aun más, una: de las razones principales de su misión a Orán jun– tamente con el P. Matía:s de Marquina, era asistir a los en - fermos y hPrido.s Pn los hospitales (2fl). 6. Además asistían desinteresadamente a los moribundo~ "ayudándoles en el mayor aprieto" (30). Y no contentos con esta obra. clf' caridad, se hacían ap6stoles de esta piadosa: asi:;• tPneia en·señando con sus escritos rl ·modo rif:l llevarla a cahn (26) Cf. MATEO DE ÁNGF[ANO. Vida y l'irtudes del, Capuchino rspi,:iiol. página 299. (27) C!. Ibírl., p. 270. (28) Cf. Varias noticias ciertas de la rida deL.. P. Pablo de Colindrrs. rn El Mensajero Seráfico. 1904, t. XXI, p. 3:17; LAMDEHTO DE ZARAGOZA, Ti:lo– gio, p. 31. (29) Ct. Viridario auténtico, p. 218. (30) MARTIN DE TORHEClLLA, Consultas. alegatos. apologias. t. I, p. -38fi. número 46. Pueden verse algunos casos en la'l monogrnfías ya publicadas dr los conventos de Calzada y Dcusto. Uno de los fines qur> sr propusieron los religiosos al establecersr en Esquivias era asistir a los firlrs rn c>l tranr,c ,,,. la muerte. Cf. MARTÍ!'I DE TORRECILLA. Alegatos. apolo:1ías. etc .. t. III, p. i:i:L Madrid, 1697.

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