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L:\ \ llJA DE L.\ l'HOV!!:\t;L\ '. Hi l 8-11 1 1li. o cuestiones propias <le dichos tiempos litúrgicos, en el cual caso los predicadores debían contentarse con el ejercicio de las cuarenta horas (9). Casi todos los predicadores de Reyes, de que lµego nos oeu– pal'emos, ernn misioneros apostólicos. He aquí algunos otro;; nombres. El P. Augel de }fadrid. rnrt'm adornado de todas las vii·– tudes, recorrió incansable los t·einos de Castilla, trabajando 0011 frrvienlt· celo poe la reforma rle costumbres y por conquista1· almas para Cristo. Anhelando más amplios horizontes, obtu– vo, de los supe1·iort 0 s SPt' enúado a misionar a los infieles (fr Siel'l'u Leuuu el nño W77; a (·nusa de la enfermedad contraí– da, el año 1684, 1·egrPsaba u la Provincia, pero agravándose al llegar a Lisboa, falleció en el hospido que rn nqurlla capital l.enhw los Capud1iuos franccst·s, quienes, en HlPnción a su-– singulares virtudes, le dieron sepultura en la ig!Psia y no en el cementerio común (10). El P. Manuel de Vitoria. Gum·ditín :f :\laeslrn dP novicios, después de haher predicnrlo poi· muchos años con singular fruto en varios obispados. pasó también a Sierra Leona, en donde falleció por el mes de septieinbre de 1680 (H). Pero tal vez ninguno aventajara en el ejercicio de las rni– ~iones al P :\fanuel de .Tn(•n. Disdpulo aventajado del Ohispo de Cádiz, D. .José de Barcia, después de haber cursado con bri– llantez los estudios filosófü·os y trnlógicos, ingresó en el no-– viciado de Akal{i de lle11111•ps Pl 4 ,IP junio de 1697, siendo ·'entre todos el novicio más perfecto". Emitida. la profesión t'e– ligiosa. se dedicó al estudio de la Sa¡::trada Escritura y Santo.;; Padres, y adquirió "un tesoro inap:otnblf- de elocuPncia sacra r rrnpezó a predicar con no vulgares créditos de orador cristia- i!/; Cf. A1111lecia 1·il.. 11->!Ji, L. \'ll, p. ::ín. ~¡ i1t'lllo:-i dt' juzgar por al- gunos f'squemas <fo s('rmonrs que conocrrnos '.el'. ln ohm del P. Gaspar de Viana, más abajo, p. i09), durante la Cuaresma se pretJ.icaha lrrs vece,; por semana y no tocios los días. El P. ,Juan dP Zamora en 1766 predicaba cuatro veces por spmana en Cantalapirdra. La ¡1redicariún del Adviento du– raba desde 'T'odos los Santos !lasta Navidad, y la de la Ilcncdicta, desde Navidad hasta la Cuaresma (cf. Vir-irlario auténtico, p. 182). (10) Cf. MATEO DE ANGG[ANO. T'ida 11 t·irtudes r/('/. Ca¡ mchi.no es¡)(J1irJl. página 278. (H) TDEM, Uiíd., p. 273.

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