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IY.--1·:J. :\l'< lSTOLAl H) E;\'TllE FrELF:S Este enpítulo. que por su importancia inldnseca y put· ,;11 resonancia social, como también por el puesto de honor que ocupa en la historia de los Capuchinos castellanos, debía se1· tratado difusanrnnte y avalorado con copiosos documentos, será, como los anteriores, un l'sbozo y una síntesis de lo mu– cho que pudiera escribirse. y que sin düda se rscribirñ. cuando llegue el momento. Nos oruparemos s0par·1Jdamente de la pre– dicación, de las a·sociacinnes fundadas por los predicadores. de la propagación de la V. O. 'f'e1·cera, de las devociones propíl - g-adas entr~ los fieles y del ejPrcicio dr la eonfesión sacra– mental. ª' La prPdi<•.1,·iú11 l. Fol'macü'm de los JJl'cdícadores.-2. Los nnstolU'l'US apostúlicos. '.3. Predicadores de Reyes u de P1·íridpes.-l1. Jlfelodolof!ia ora– to-ria. 1. Del P. Pedro de Viana refiere el primitivo er<mista qu,' unos días nnles de su muerte, "hablando algunas cosas inte– riores dixo entre ellas que como siempre había tmído atrave– sado en su corazón el poco fruto qne algunos predicadores nuestros hncínn en sus sermones. drhiendo srr un predicador eapuchino asombro del mundo, temeroso de que si él acaha– hn los e:studios se dejaría llevfll• eomo otros de la agudeza y