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LA \l!JA DE L.\ PHOVl;\;Cl.\ \.lo18-17'ili, la11 conocido, bien puede com-:iderar~e al P. Fuentelapefü1. desde eslP punto de vista, como una gloria nc.U·ional (38a). De mayor trascendencia fué estotra iniciativa de los Ca– puchinos dr_•l convento de San Antonio, Obras de San Isidoro, Ai·zobispo de Sevilla, texto la.tino y versión castellana. Cuan– do se trató de dar a la imprenta esta obra grandiosa, la Aca– dt•nüa Española se opuso a la publicación, no por defectos do3. la traducción, sino por fútiles motivos; por ejemplo, ciertos errores en que había incurrido San Isidoro, propios de su tiempo (39). · 10. Los Capuchinos castellanos no permanecían extraños a las justas literarias; como prueba de esta particular acti– vidad, bástenos señalar algunas polémicas teológicas .de la d{•eima séptima centuria enriqureidas con su producción li– teraria:. Es cosa averiguada que las principales polémicas doctri– nales en el campo religioso durante el siglo XVII versaban casi todas sobre los problemas fundamentales de la gracia, li·· !Jre albedrío y predestinación. Bayo, Jansenio y Miguel de Mo– linos son los tres nombres reveladores de las corrientes hete– rodoxas de aquella época, que se llaman Bayismo, Jansenismo y Quietismo. En la última década del siglo, el incansable Pa– dre Torrecilla, haciendo alarde de su acostumbrada erudición, desmenuzó en un grueso volumen in folio, una tras otra, las 31 proposiciones condenadas en '1690 por Alejandro VIII, que resumían las teorías ba:yanoj ansenislas. Además, su amor al Papado le 'movió a hacer una refutación a fondo del galicu– nismo-derivación de la doctrina de .fansenio-. tomando p01· base la famosa declaración del clero francés (1682), redactada por Bossuet, la: cual, en cinco breves cuestiones, exponía la conducta: del mismo acerca de la Santa Sede, y que desarrolla– rla y empeorada. luego, fué el punto de partida del regalismo, que tantos males causó a la Iglesia y a la: sociedad del si- (38a) Cf. VICENTE CASTA/;EDA, El primer libro 'impreso sobre al'iación, ¿ es español?, en Revista de archit'os, bibliotecas y museos, 1915, t. XXXIII, páginas 350-360. (39) Cf. SERRANO Y SANZ, El Consejo de Castilla y ia censura de libros en el siglo Xl'III, en Revista lle archivos, óibliotecas y museos, 1906, t. XV, página 387.