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l I Íli J. Acel'ca d<• la escuela iilosúfica o leolúgica cuya doc– l1·ürn se ern;eñaba Pll nuestros colegios, care<.:emus de noticia:,; ('Oncretas. Sabemos que el P. Martín de Torrecilla, en su Cur– so filosófico, que adoplarnn como libro de foxlo en la Pro– vincia (13). se declaru independiente, advirtiendo en el pró– logo al lector que no le mueven a abrazar las opiniones ex– ¡mc•slas ni tomistas ni escotistas ni jesuítas, sino sólo las rnzo1ws, lac; cualPs, siendo efieaces, las acepta vengan de don– f!p viilierpn; y sP precia incluso de haber enseñado y expues- 1.o algunas opiniones personales suyas (U,). El P. G1:t"spar de Vimin, en una de sus obras místicas, dice que le había pare– Pido conveniente y aun necesario ronformnrse con el estilo y mModo quC' el Doctor Angélico seguía en sus escritos, y añade <JUP en su obra "hallarán los dol'tos muchas que'.stiones teoló– gicas del Docl01· Angélico y del Seráfico espiritualizadas" (lrí\. El P. Matías de Serradilla, el primer lector de la provincia que obtuvo la eúledra por oposición (1739), en su lección de teolo– gfa expuso y ch•fpndió una fosis lrnenaventuriana (16). Hemos recordado estos casos para indicnr que probable– mente no había una norma fija :,- determinada que reglamen– tara la direcrión dodrinal de los h·ctores (17). f>. Al e1·igirsp un nuPvo curso, los Superiores provincia– Jes nomhrnlwn PI 1Pdor qw· dPbía continuar la formación ,•it·nlífica P intelPcliwl dtmrnte el sPptenio quP duraba el es- (13) "El Curso de teología en tres tomos, que ofrecí en el Apologemo de arriba, no se ha impreso todavía, porque me lo ha embarai;ado la preci– sión de aver de escrivir e imprimir algunos de los tomos de arriba. Ten– go, empero, intención de imprimirle quanto antes, porque me executan mu– ct10s por él, especialmente en esta provincia, donde se han leido -y leen las :\1·tes por mi Curso". MARTÍN DE ToRRECILLA, Apologema, n. 465, p. 185, 2.• ed., '\fadrid, 1,01. No sólo entre los Capuchinos era apreciado su texto de filo– sol'ía, sino que tamllif'n la,; universidades lo celebraron "como breve, claro , docto". · (14) Cí'. l\L\nn:-;i.;s A TonnECILLA, Cursus philosophicus, L. l, Ad Lectorem, '\fatriti, 1667. (15) Luz JJl'áctica del mejor, mds fácil y útil camino del cielo y (le la 1ie1·fección christiana. Parte I, Advertencia al lector, Mlldrid, 1665. (16) Cf. ANDRÉS DE PALAZUELO, lug. cit., p. 221. (17) Llls constituciones de la Orden uconsejlllian a los Iectorm:; que ense– ñaran la inmejorable, óptima y segurlsima doctrina de los doctores Seráfico -y Angélico. Cf. YE:-;ANTlliS A LISLE-E:-i-RIGAULT, Monumenta, p. 481 sig.

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