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JlE ·:'-I UES TRA SEXORA DE LOURDES 4i°i w -- -~ 1 durante los días del l\'ovcnario! ¡Ah, entonces ha– blarían Binando, ;\Talate, Santa Cruz, Ermita, :\.fanila y e n su arrebatadora el ocuen cia ad vinaría– mos el entusiasmo fer vo r, devoción, casi delirio de las g en tes por la \ "irgen de Lourdes. El incansabl e P Alfonso de l\fo rentín , Superior de los Capuchinos de esta capital, ta n conocido y · estimado de los manileíios, se propuso que el '.\Tovenario ele es te a fio excediera a l ele los aíios pasados en solemnidad y esplendor, y, sobre todo, en frutos espirituales de la s almas, e n cuanto es permitido á la s fu e rzas lrnma na s. La vísp era, una lind ísima campa na, recie nte– mente co locada e n 1111 periueiío campa nari o pro– visional, anunci aba i los morta les, con su ~gudo cuanto gratísimo sonid o , los próx imos cultos qu e se hab ía n de ve rificar e n ho nor ele la g ran Rein a ele los cielos; y su bía el e punto e l gozo del alma cnanclo a la maíiana siguie nte, apenas de spun– taba la aurora, r epetían los sonoros ecos los taíiiclos el e la pcqueíia campana; y e ra el e ver ~i los de~o tos de :\1anila, abandonando s u lecho, adorar al Hacedor S upremo, autor del día que comenzaba, y con presteza acudir á la que rida capilla el e María de tal man e ra, qu e ya desde las cinco y med ia apena s se podía dar 1111 pa so en ella. Estaba ésta tan bien decorada, con tan ex- f 1 quis ito gu sto e~ inteligencia, que la \'is ta no se , (_• __ A ,l ~....::,. - - ~ •