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.. 26 MEMORIA Hl!>TÓRI CA DE LA COFRADÍA r~ ------ --~ l:3/ ~ i ' en su centro, entrelazadas, una M. y una L., y ! colgaban de los arcos de la nave central precio– sas cortinas azules, en medio de las cuales, en– tre una nube de blancos y riquísimos encajes, se veía una estrella dorada . De los mismos co– lores de la Inmaculada eran los colores de los tapices que cubrían las paredes del crucero, del Presbiterio y del fondo del altar mayor. Este cautivaba con razón la vista de los fieles. Artísticos ramos de odoríferas flores, grandes ra– milletes artificial es, cirios calados y adornados con neos ramos y cintas, ricas arañas de cristal, man– teles de bordada piña: tejido de gran valor del país, todo había sido con exquisito gusto colocado por el infatigable Fr. Mod esto de Adiós, el sa- ' cristan de la iglesia, en el altar de su madre ce– lestial para adornarlo y embellecerlo. En lo alto del retablo, dos ángeles sostenían sobre la imagen de la Virgen una ~inta azul en la que se leía en grandes caracteres dorados este lema: Yo soy la f111naculada Co11cepúó11; mientras que más abajo 1 del letrtro se veía una gran 1\1 coronada con diadema real , todo formado con rosas blancas, 1 azules y encarnadas. I Grandes carteles anunciadores fijados en la s I puertas de los templ os parroquial es y conventuales, 1 y numerosos prospectos repartid os e ntre lo s fiele;; 1 con profusión anunciaron que en el Novenario ¡ estaría expuesto S. D. 1\1., en los cultos de la ~~ ~ L;,..., ,J