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IW :'/ U~:S1'RA S E.\ ORA DÉ LO t:IWES 11 Fw- - - - - ---- _ ,.,'JI ~~ traban ante ella quedaban prendados de su her– mosura; unos contaban á otros los efectos mara– villosos que sentían rezando ante Ntra. Sra. de Laureles y así se fué propagando esta devoción 1 por Manila con la rapidez con que se propaga, impulsada por el viento, la llama en un seco ca– fiaveral. Este es el origen de la devoción á Ntra. Sra. ele Lourdes, que al poco tiempo puede 1 : decirse que en su Cofradía establecida oportuna– ! mente, ingresó todo el elemento piadoso con que ' cuenta la capital. Más tard e, sustituyóse la pequeña imagen por otra, que tall ada po r e l mismo ar– : tista filipino D. Manuel Flores, enamora y roba los corazones con la celestial expresión de su di– vino semblante. Pero las ideas grandes y comun es á muchas personas tiende1i , para asegura r su existencia, á sensibilizarse, por decirlo así, en una asociación , y es to es lo que sucedió con la devoción de Ntra. Sra. de Laureles en estas ti erras. Aque llas , mismas personas, que antes trabajaron porque fuera puesta en la Capilla la santa imagen, su– , girieron al P . Superior la idea tle establecer en 1 1 la misma una Cofradía que pe rpe tuas e el culto ; de esa bendita imag en. A lo cual accediendo di- cho P. Supe rior c<?menzó á dar los pasos en ese sentido y con fecha de 23 de mayo de 1893 elevó a l Excmo. Sr. Arzobispo ele Manil a una instan– cia , pidiendo su bendición y permiso para esta- l ~ i....:.. - ---- - -·- -- t!l,1 ----- - - -~:..
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