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1,lu ,m,roR r.1 ms fúR1c A nr,: LA cof.'RADiA ••,;,, - - ~ l7_ "-1~ ' t1stas b presentaron en pinturas y es tátu:is ves- tida de traj e pastoril y apacentando las ovejas. Elegida por Pa tron a de las '..\.fisiones é i1wocada con tan zi mable título, fué tan grande el impulso 1 que se dió á esta devoción, que no quedó aislada en una provi ncia, sino que los Capuchinos la ex– tendieron por toda Espai'ía y la llevaron hasta las 1 1 1 Indias; por manera que no hay nación, pueblo, lengua ó tr ib u que no venere y conozca á la Divina Pas tora . . 1 1 ¿Qué lengua pod rá expresar y que". pluma po- ' cldt estampar en el papel una fie l manifestación ! ele los tí tul os y vi rtudes que representa esta bella figura? Sentada á la sombra ·ele un árbol, cual si descansara ele tantos desvelos y carreras en busca de la oveja perdida, blandamente las acaricia con su bendita mano, mientras recibe las ternuras de i las que le fueron siempre fiel es , y de un Hijo, ¡ que, siendo todo su encanto, es al propio tiempo ¡ el B 1ten Pastor. Su traj e propio de los pastores 1 es ele pieles, para que asemej.ánelose más á sus , ovejas, no tengan reparo en acercarse á ella. «Sal, le elijo Dios en los Can tares, sal y ve siguiendo las huellas de tus ganados y guía tus cabritos á pacer junto á las cabañas de los pasto res )) . Y en 1 su cumpli~iento, salta riscos, a traviesa montes, · pasa los collados, buscando la oveja perdida, hasta , encontrarla y conducirla en sus virginales brazos ' al místi co redil ; al imenta á su rebnfio en las ame- ,§J •