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el establecimiento de tantos Conventos y la implantación de la magna obra de vocaciones tan deseada por los Superiores de la Orden. La narración de estos hechos realizados por Religiosos venidos de una de las cinco Provincias, que la Orden Capuchina tiene en España, ha de contribuir seguramente a estrechar los vínculos de amor y agrade– cimiento hacia la Provincia madre, de quien han recibido tantos bene– ficios; y esto también es otro de los motivos que nos han impulsado a la publicación de estas páginas. El auspicioso éxito obtenido en estos primeros años de la funda– ción del Comisariato con el funcionamiento de las Escuelas Seráficas, del Noviciado y Coristado, ha sido parte bastante a que, reconociendo la paternal providencia de Dios nuestro Señor y la especial protección de nuestra Madre y celestial Patrona la Santísima Virgen del Rosa– rio de Pompeya en sus principios y desarrollo, nos hayamos determi– do a consignar en estas páginas hechos y datos, que demuestran por una parte la vitalidad de la Orden Capuchina, y por la otra sirven en finiquito para dar más y más gloria al Señor y a su Esposa, la Iglesia Católica. Mas, antes de cerrar este prólogo, justo es hacer constar que los que han trabajado en la confección de estas reseñas han tropezado con no escasas dificultades, provenientes principalmente de la moda– lidad que debía darse a las mismas: si había de prevalecer la de cró– nica o la de historia propiamente dicha con la consignación de los he– chos y explicación de los mismos. Después de bien pensado, los encar– gados de recoger datos y componer estas reseñas, han optado por el término medio dándole carácter de crónica en la consignación de mu– chos detalles y de historia en la exposición de hechos y consecuen– cias. El R. P. Juan de Guernica por los Conventos de Chile y el R. P. Bernardino de Estella por los de Argentina, fueron los designados para llevar a cabo esta labor ímproba y un poco ingrata, que la han realizado con tanta abnegación como diligencia recorriendo los Con– ventós y registrando los archivos. Nombrados recientemente uno y otro colaboradores de la Sección Bibliográfica del Colegio I nternacio– nal de Estudios Franciscanos, fundado por la Orden Capuchina en la ciudad de Asís, debían asumir esta obligación, que tiene atingen– cias bien marcadas con la cooperación que han de prestar a aquel centro de investigaciones históricas de la Orden. Así lo han hecho en las reseñas de estos Conventos de Argentina y Chile, cuya lectura ha de ser de gran utilidad a los nuevos Religio-

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