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56 LOS CAPUCHIXOS EN A1IE!UCA fiand o en Dios y en la Yitalidacl seráfica quiso ll e,·a r a la práctica su ideal, un ideal dorado para él, aunque para otros tu viese insu– perables obs tácul os. El fracas o a priori era lo que anunciaban . El procuró c¡ue el fracas o se conociera, en t ocio caso a posteriori. Después del fracaso hab rá quien r ompa lanzas contra él, y ll or e amargamente la ilu– sió n. Si por Yentura hubiese triunfado, los lamentado re s modernos se hubieran hecho lenguas ele plata ponderando el sentido real y el idealismo opt imi sta del Padre Vigilio . Fracasó; pero nos dejó la ob ra providencial que brotó ele su pensamiento. No fracasó -total– mente. A un podemos decir qu e el fracaso fué aparente. La reali– dad está diciendo que fué obra de Dios. porque nos dejó el con– ve nto y la Iglesia ele Capuchinos de esta ciudad. Gracias al Padre Prefecto Ange l V igili o de Lonigo se le,·a11tú en esta capi tal del Reino ele Chile el primer co11Yento capuchino, cuna y madre ele los demás conventos, qu e hoy posee y goza la Provincia Cánta!Jro– Nava rra.
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