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LA ORDEN CAPUCHINA EN TIEi\IPOS DE LA COLONIA 311 ¡;os1c1on social que le ciaba autoridad para meJ or desempeñar el co– metid o ele su prelado. El 26 ele febrero del ano 1749 se le entregaban las cmco capuchi– nas 11 0 111 bradas delante del escribano Al varez de Henestrosa, y es– tando "presentes, dijo éste, algunos ele los señores prebendados". A más de cuatro chilenos había también tres argentinos, de apellido Tula Bazán, Albornoz Ladrón ele Guevara y Tapia Cegarra, que sé'. mostraron interesados ante un acontecimiento tan relacionado con su tierra. Tres me ses duraron en la ruta las fundad ora s chilenas hasta S' l llegada a Buenos Aires; y el día 31 ele mayo fu eron recibidas solem– nemente por el Cabildo Eclesiástico en sede vacante. Desde una chacra vec ina a que arribaron. ll evóselas en calesas y coches a la catedral ele la capital argentina, seguidas ele numeroso acompaña– miento. Sólo ese día y en el r ecibo que se le clió al capellán Lecaros de las monjas conducidas por él. figuran con r efe rencia a las misnns tre s "novicias que habían ,·ecibicio y traían ele Santiago ele Ch ile pa– ra r eligi osas ele coro", llamadas Sor María Rosa, Sor María Fran– cisca y Sor María Ignacia. Su re cepción fué juntamente con las pro– fesas, y éste parece ser el primer acto que las monjas ejecutaron en Buenos Aires a título ele fundadoras. Con es t e personal se fundó el Monasterio ele las Capuchinas ds2 N uestra Señora del Pilar en Buenos Aires, el año sobredicho, y co-.1 él su noviciado. Así, la Orden ele los Frailes Menores Capu chinos repres entacl:t por las Monjas del mismo nombre, quedó establecida en la A rgeu– tina el año 17-l-9. (Extra cto ele] libro "Crónica del Monasterio de Capuchinas", por Luis Francisco P ri eto, Pbro. Santiago ele Chile, 191 l.)