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28 LA ORDEK CAPGC'HINA motor ele la obra ele San Antonio el "Pan de los Pobres", y un Ca– puchino el P. Manuel de Pamplona fué el iniciador ele la Casa de Misericordia ele la ci uda d ele Pamplona. Estas son las obras que dejan a su paso por el mundo los ,1111igos del pobre obrero. los predicadores ele la ,·erdacl, los imita– clore:- de Jesucristo, que como El pasan haciendo hi en a las muche– dumbres abandonadas y empob recidas. Los Capuchinos y el Culto Es siemp re la grandi os idad del culto, el esplendor de la litur– gia, la solemnidacl externa ele las funciones religi osas, lo que con– mueve a las gentes y las arrastra a la piedacl y las aficiona a la Yida religiosa y cristiana. No oh·iclaron lo:,; capuchinos en su,; predicaciones este med io llrÚctico de la educación moral ele lo ,; puebl os, que lle,·aban una YÍ cl:1 religi osa tan lánguida y tan pobre. y procuraron con el mayor em– peño pos ible unir a la persuasión de su palabra estas manifestaci ,)– n es solemne::; de fe y de religiosidad. Cuando en 1537 el p ueblo milanés temblaba de espanto al ,·er ,,cercarse a ~us puertas al ejército francés. y sobrecogido ele terror no sabía a donde acogerse, se le presenta -el P. José de Ferno, en cu– ya frente brillaba la aureola de 1~ santidad, como el Angel Liberta– dor que les promete la paz y el ,·erse li!Jr,e ele tantas calamielades, si frecuentaban las "Cuarenta Horas" . Y reunido el Senado dieron co– mienzo las funciones de las XL Horas (qu e hasta esta fecha se ce– lebraban sin aparato externo) , con esa extraordinaria grandeza y majestad con que las re,·istió nuestro P. José, que conmoYÍa honda– mente al pueblo r,eun iclo. l\fuy pronto ante los resultados tan benéficos, que solire,·inie- 1 on a la ciu cbd de l\'Iilún. se extendió esta costumbre c!e las XL Ho– ras en forma solemne, por casi tocias las regiones de Italia, qtre sen'Ían ele teatro a las lu chas de Carlos V y Francisco I, y de aquí ,;e propagó esta clernción por Francia, Bélgica y España merced al celo de lo,; capuchinos. En este mismo entusiasmo por la E usaristía , ardía el Capuchino

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