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296 FUNDA CIO NES EN ARGE!\TfNA Y CHI LE Padre Dionisia ele llevar a cabo tocias las reparaciones que la igle– sia necesitaba. A unqu e estaba entregada al culto, carecía ele cuanto es nece sari o para hacer digna la vida religi osa parroqu ial. Varias do– naciones, entre las que merecen e,;pecial mención las el e los Sres. Minetti y la del Sr. Gobe rnador ele la Pro vincia, Dr. Ramón Cárca- 110, pe rmitieron revoca r ex teri or e interi ormente la igl esia, colocar y pintar el cielorraso . Al g o má s tarde hubo otras clonaciones para íos altares . los Yentanales, los confesonarios, ornamentos, imágen es, la instalación eléctrica y la esta tua de la Virgen, que corona el fr en– t e ele la iglesia. T ocio es te dinero cos tó muchas diligencias y preocu– paci ones, ele las que triunfó el carácter tesonero del primer párroco, Padre Di on isia ele Echalar . Trabaj os parecidos hubo que realizar en la iglesia pa r roquial de Huerta Grande , en la qu e se construyó una sacristía, se r evocó el exterior y el fr en te, se colocó el altar mayor y se edificó adjunta al ed ifici o una t orr e, que termina con una cruz ele hi erro de mús de tres metros. L os d iez mil pesos i11Yerticlos en estas mej oras fu eron recolectados en pequeñas cantidad es entre los fieles de H uerta Grande. Otra obra ele gran aliento llevó a cabo el Padre Dionisia du– rante el tiempo que clirigi (J la Parroquia ele La Cumbre. Nos referi– mos a la construcci ón del Colegio ele primera enseñanza. El conoci– mi ento que dicho Padre t enía ele la diócesis ele Có rdoba, le decía que só lo prosperaban religi osamente las Parroquias, que tenían es– cuela anexa a ellas. Con es ta idea fija se lanzó a la construcción de un colegi o primario que, atendiendo a los consejos ele personas in– fluyentes y que le ayudaron en los primeros tiempos , los más difí– ciles. fué levantado en el terren o clonado por Doña P etrona Olmos y al lad o el e la capilla San R oqu e. Acaso no sea el lugar má s indi ca– do por la separación del casco ele la población. P ero esto que h oy a nosotros nos parece una equivocación, no lo pareció en el momento de elegir ubica ción para el Colegi o. H oy La Cumbre no es lo que era hace di ez añ os, cuando nadie sospechaba el incremento que iba a t omar este lugar de turi smo veraniego. El ti empo siempre se e n– carga ele corregir al h ombre. Pero nadie dudará ele la excdencia de la idea, ni tampoco dejará ele ponderar el carácter típico del Colegio r on su maciza construcción ele aspecto serrano. Hoy sigue funcionan – do regularment e mañana y tarde con un buen número ele niños.

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