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l'U:S:\' E :S: TO IJE \ ' 15:A l>EL 11!\Íi 2-1.~ tiguo cotwcid o el R. P. Vicente l\[onj e de 1os Sagraclo:c; Corazones. fué presentado al capuchino : el R l'. J o,;é ele Legarcla. El R P. V i– cente, explicó el motivo de la honrosa y grata visita. L os RR. PP. Capuchin os cle,;eaban efect uar un a fundación en el Recreo qu e con ll tiempo pudiera conve rtir ,;e en una Parroqu ia. y el R. P. José ha– Lía venido a estud iar la ubicación de l nuevo Convento". La Fundación El caballero qu e acabamos de citar conoc1a suficientemente el terreno y las cercanías del pu nto que visitaban. Hacía como seis a íi os que re sidía en V illa Mode rna y tenía hien reconocido palmo ~, palmo toda aq uella extensión que mediaba entr e la quebrada ele L os J\Tayos, límite poniente de Vi ña del Mar y la Cal-eta ''Abarca'' o cu rte p or el cual la ,·ía férrea se abre paso a los jardin es de la ciu– dad balnea ri o. El Sr. Palacios S., R egidor Municipal del barrio e n EJl:2, t enía ademús much o int erés po r su progreso. Esto facili tó grandement e la fundaci ón, porque pudo o rientar conscientemente el pensamiento de lus fun dadore s. A qu el pa raje es tod o accidenta– do, fo rmado de pequ eñas colinas que se inclinan coquetas en bu sca del mar: R ec reo. Villa l\focl e rna. Calca, Vista ele l\1ar, el Cerro t.!el Castillu, ofrecían un pan orama magnífico con balcones, que c1 brían sus puertas al Océano, y fué co sa llana encont rar u n p u nto céntrico que se presta,;e a un a eq ui distancia razonable para asenta r }os cimi entos del nuevo Conv entu. Había allí una quinta qu e pare– cía llamar la atenci ón de los exploradores del t err eno. La quinta era Ya li osa, era de la propiedad de JJ. Fermín (] uinterus .. . ad ministra– da por la se ñora Zul ema Tri co t de Q uintero,; . A poco, el síndico apostólico el e los capuchinos . JJ. !\lejandro Lira, compraba dicha finca a nombr e el e la Santa Sede para la O rd en Capuch ina, con des– tino a fundarse allí el nu e,·o Cotn-entu, y allí se fund ó. El dine ro para pagar el precio del inm ueble procedía en gran parte de la ve!1- t ~ de la huerta ele Santiago. que o fre ció recursos para e:-tablece,· all í la Capilla, las habitaci ones primeras y las Escuelas. Como ,el Sr. f\rzob ispo D . Juan Ignacio González Eyzaguir re l1abía indicad o su deseo de que la Iglesia que se proyectaba leYan-
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