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Fl l!\IJAUOXES EX c\RGE!'\Tl:\'A Y CH JLE vieron con l\Ion,;. Zenón Bu,;tos quedó fijada para dentro de mu_v poco la lleg.1cla ele los Religiosos, que ciarían comienzo a la funda– Lión de la Parroquia y a la instalación ele la Casa. El 1\1. lZ. P. Lucio ele Obanus sigui ó viaje hacia Chile; y el Padre Agustín ele Cá:-;eda . e,;pec ialmente autorizado por el Superior ~,layor, comenzó una \·ez Yuelto a Buenos ,\ires a ,; ~leccionar los Padres, a qu ienes la ( lrden ciaría el encargo glorioso de es ta blecer nuestra Urden en la ciudad de Córdoba. Designación de los primeros Padres .\fortun adamente acababa ele llegar una expedició n ele Religiosos de la Provincia. La cuestiún se p re:-; entaba favorable para que el Padre Agustín pudiera elegir un Pad r e y enviarlo a C()rdoba a ini– ciar el trabajo. Entre los lZeligiosos llegados estaba el P. Juan ele J\nsoain, quien acostumbrado a la Yicla ele las parroquias por haber residido muchos años en la l\1isiún que la Provincia tiene en las Islas Filipinas. estaba en inmejorables condiciones ele entrega r se desde el primer momento a las tareas que en Córdoba aguardaban ~1 los Padres. No era tarea tan fácil encon trar otro Religioso, que pudiera se r cnYiad o con el P. Juan. En aquellos años no tenía la Orden otras Casas en la República Argentina que el conven to de i\tie,·a Pompeya y el Colegio ele Euskal-Echea en Llavallol. E l trabajo en ambas Casa,; era mu cho, y los Religiosos que en ellas trabajaban no llegaban al número necesario para cumplir las obl iga– ciones con la holgura requ erida. N una Pompeya exigía un per– sonal conocedo r del ambiente del Santuario y cooperador entu si¡_i_s– ta del mo,·imiento popular, que cla ram ente se perfilaba. El Co legio ele Lla,·allol necesitaba ele tocios los cuidados de una obra en fun– dación; ,;ólo hacía tres afíos que se había normalizado la enseñanza. De aquí que la prudencia aconsejaba no tocar su personal acostum– h racl o ya a las peculiares tareas ele la enseñanza. E,:;tas cons id erac iones explican la dificultad que la Dirección ele Euskal-Echea presentó siempre a que un o de los Padres profesores rnl iera ele Lla,·allol, para ser incorporado a la familia religiosa, que iba a se r en ,·iada a Córdoba. Se trataba del Padre J en aro ele Arta-

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