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220 FLºXU ,\ C'IOX ES EX AHGEXTINA Y CHILE P ompeya. El Franciscano y el Capuchin o se conoc ían y se profe– saban estrecha amistad. ;-Z o se ulvidú de noso tros el Sr. Obispo de Cúrdoba ; ant es al co ntrari o pronto r ec ibió el Padre Agu,;tín d e Cásecla una ca rta del Prelado fran ciscano, en la que le manifestaba c uán ta sería su d icha si la Ord en Capuchina tuviera una Casa en la ciudad de Cúrduba ; con in sistencia animalia a su amigo a decidirse en es te sentido, p ues el Obispado prestaría su ayuda a la fundaci ún. Con esta carta en la mano comenzaron los primeros pasos ha cia e:\ cumplimi ento de los deseos y o frecimientos del Sr. Ob ispo . Co– rría el añ o 1911. El Padre Agustín de Cáseda era Superi o r y Párro– co de ;s/ ueya Pompeya al mismo ti empo que primer conse jero e n la l\lisit.'in de Chil e y Argentina, de la cual era Superi o r Mayor 21 J\'[_ K P. L ucio ele Obanu::-. Esperaron los Sup eri ore s de la M isió:1 la ll egad a del Rmo. P. "\ngel de \Tillaba . Definid or General de b. Urden, quie n tenía anunciada su -visita Canónica a las Casa s ele Ch il e y .:\rgentina para mediaclus del añ o 1911. Cua nd o se encontró ya en la República Argentina mar chó en compañía del Padre Agustín de. Cáseda a tratar con el señ o r Obispo ::obre el a,:; unto de la fundaci ón. La vi sita de nu estros Padres foé {: n extremo fru ctuosa. La deci sió n de Mon s. Bustos permanecía in– Yariahl e ; su anhelo más vivo era que la Orden Cap uchin a se es ta– lJleci era en su ci udad episcopal. Las conversacion es versaron , sobre tocio, acerca del lugar en donde se fundaría la Casa. En compañí a <le ! Sr. Obispo primero, y solos, después . recorrieron tocia la ciudad nu es tros Padres examinando los lugares más aptos para la instala– ción ele la Ord en. El señor Obispo indicaba algunos puntos que bien considerados no o frecían seguridad para que los Padres pucli e- 1 an ent1·egarse a l trabaj o desde el primer momento y para basta1·s e ,, sí mi::;m os . En este punto se encontraban las conversaci ones ck los Sup eri ore s de la O rden cuando el señor Obispo sugirió un a 1; ueya id ea, que es la que en clefinitiYa triunfó. Hacía tiempo que el Sr. Obispo de Có rdoba anhelaba in s tituir 1: ueYas pa rroquia s en la ci udad. U na ele ellas debía abarcar la po– blaci ón. que se halla rodeando la Casa. que las Hermanas del Buen P astor tienen •en la Avenida Argentin a. En 1911 todavía es ta part:~ de la ci udad no había a lcanzado la importancia qu e hoy disfruta. Se ini ciaba ciertamente en esta dirección un avance el e numerosas famil ias; pero era una ma rcha hacia una nueYa Córdoba. 111seguro

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