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16 LA ORDEN CA PUCHINA Los Capuchinos en las guerras Cuando los pueblos se han visto envueltos en largas y cr uenta s guerras . ya para defender su ind ependencia, ya para co nse r va r lét libertad ele su s creencias rel igi osas, han reclamad o en mil ocasio– nes la presencia del Capuchino en los campos de batalla para la asistencia espiritual y consuelo de las almas. Desde el ai'io 1535 en que el P. Buenaventura de Radicena embarca en la flota ele Carlos \ ', que se disponía a la conquista de Túnez, hasta la última guerra ele 191..J., que recuerda la historia,. difícil se rá encontrar batalla sin la asistencia de algún capuchino. Si l\falta en 1561 se ye libre del terr ibl e asedio de l\fustafá y de Dragut, debido es al consejo del P . Roberto de Eboli, que anima al pueblo hasta el último momento; y cuando recuerde la histo-ria el triunfo brillante, alcanzado en las aguas ele Lepanto por las Ga– iera s Pontificias, E,;pañolas y \ ' enec ianas manclaclas a las ó relen :?s ele] Gran Don Ju a n ele ;\ustria . celebrará con o rgull o que 30 Ca– puchinos se encont raban en aquella lucha, prestando a las tropas cuantos auxilios materiales y espirituales necesitaban; y cuanclo Hungría y Sen·ia canten las hazañas cíe sus héroes, y entonen him– nos a los defensores de su liber tad y ele su independencia, sus me– jores t ro,·a:=;, sus cantos más entusiastas recaerán sob re el Capu– chino San Lorenzo de Brindis, que al frente ele las tropas del Ar– chiduque (le Austria, presenta batalla a las tropas si tiadora s de Belgradu, y Mahomet se Ye ob ligado a retirarse con sus 80.000 h om– bres en Yergonzosa huí da; y Austria y Hungría unida s con el mundo– católico reco rdarán con Yeneración el nombre del P . Marcos de Aviano, que liberta a \ ' iena del ejé rcito in,·asor de los Turcos, que amenazaban a la cristiandad; y finalmente recordemos el nombre de San Fidel de Sigmaringa , que mu er e YÍctima del odio protestante en clefen,;a de la fe y de los intereses ele Au::;tria. ).. Francia, en aquella época terrible de lu cha contra el protes– tantismo . levanta rá un monumento a la memoria de los Capuchi– nos ''alma ck la liga contra los Hugonotes'' y venerari1 al P. Angel de la Joyeuse , organizador de la defensa Católica, y caerá rendida ante la labor del gran diplomático P . José de Tremblay, gran ha-
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