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liO !T:S:JJACIO'.\ ES E., ..\HCE:\"Tl i\'A \" CHI LE es tacionó una crec ida cantidad ele personas, que a duras penas y 1.ras cansadoras esperas, lograba s itio en algún tran vía, para lk– gar con todas las demás a la J\yenida Si:enz ent re una ve rclad ent aglo meración ele pasajeros. "La empresa aportó ciertamente un núm ero extrao rdinari o de tranvías, pero éstos no ciaban abasto y , p or otra parte, en las pru– x imiclad es del Santuari o, en una ex tensión ele mucha s cuadra s de la Av. Sáenz, una interminabl e hil era de automÓ\·il es y coches des– filaba en un constante ir y ven ir , lle\'and o y en procura ele nu e– \'OS pasaJeros. mientras se confundían los ecos de la s bocinas y el campanilleo con el rumor de la multitud en jubil osa marcha ha– cia el templ o. "Desde mu cho ante s de la ho ra anunciada para la cu ru11ac1 un. no fué pos ible a los Yehí culos ac erca rse a la igl es ia. "La muchedumbre ll ena ba la calle de un gran trecho y lus tranvías debieron detener se en Yarias cuadras de distancia, que •.é l público recorría a pie, confund iénd ose en el abigarrado y h etern– gén eo conj un to, mi embros del clero. batallones ele explo racl o re~. t olegios y congregaciones y los fieles en g eneral , sobr e los cua k,-; alzábans e los es tandartes y emblemas polícromos y brillante,-; , con sus imágenes y ley enda s. ''También en las azo teas de los edificios inmed iatos a la igl e– :,ia ubicóse un público co mpacto. ll enancl u asimismo la concurren– cia dos palcos de largas climen,-;iun es, construíclus frente al templo, y al o tro laci o de la calzada. ''La coronación ele la Virgen ele Pompeya y su Ni110, co ngr eg,_'i anteaye r en el barrio ele dicho nombre u n público tan e norme qu e se ría inútil pre tender calcularlo ; un público para el que res ulta– ron ele in sufici enc ia lastimosa tocios los medi os ele tran sporte ex istentes y que se arbitraron ele manera exp r esa : tran ví as., cuche s de plaza, a u bomúviles, cab,~llos, sidecars, bicicletas; un público que no cabiendo en la explanada que pa ra la coronaciún se escogie- 1 a, una explanada bien amplia, e n pl ena calle, p u es el templo se ha– Lía presentido que no tendría capacidad necesaria, de sbo rdó del lugar como una ola inmensa, negra e inqui eta que parecía ir procla– mando con n1111 oreo bullici oso la populari dad ele la fe en Buen o::, Aires. ''E l espectáculo de la coron aciún ele la Virgen del Rosario de