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152 .F UNDACJOl\ES EN ARGENTINA Y CH ILE mas, ele esperanzas y desalientos . ¡ Con qué esp ontaneidad, con qué naturalidad, con cuánta fe, con cuánta sencillez se expone en ell os a Dios y a la Virgencita los anhelos má s íntimos, los sentim ientos más delicados ! Ora es un grito ele angustia ele quien se está ah ogando y pide ;i gritos socorro como es te "¡Ascen so ! ¡As censo ! R . R. H. T.". Ora es un ruego ardiente, quizá mezclado ele amenazas, que parece profe– rirse cerrando lo s puñ os y levantándolos en alto : "Dios: hac ed qu e Hortensia me quie ra siempre. Pedro". Ora es un gemido suave y delicadís imo de un a lma exqui sita, que se alarma y tiembla ante los peligros que amenazan a su v irtud . "Qui er o vrnr para Yos. Conser– vaclme la pureza, oh Mad r e mía. Corina". ¿ Cómo no ha el e move rse María, la má s cariñosa ele las madr es, a r ecomendar favorablemente a Dios ruegos tan sentid os y con tan– ta llaneza expuestos, cuando no enYuelvan nada contrari o a l divino benep lácito? Como elato curi oso, consignaremos que, desde el 3 ele oc tubr e de 1908, en que se inici ó esta práctica, hasta la fec ha. van ya esc ri– t os siete granel es t omos ele mil páginas cada un o, ele 35 x 45 cm., y closcientm; cuarenta y dos de 300 páginas ele tamañ o comercial co– rriente. El Ápost:olado dd Rosario de Nueva Pompeya A fin ele fomentar con nuevos es tímulos la devoción mariana del rosario y ciar más facilidad a que los fieles g ozasen del riquísimo t e– soro de indulgencias de qu e está avalorada, se erigió canónicamente la Cofradía del Rosari o el 11 ele septiembre ele 1905. Fueron tantos los que se inscribieron y tal el afecto que demostraron tener por to– do lo que fuese ele Nueva Pompeya, que no se contentaban con ser meros cofrades, qu e se obligaban a rezar los quin ce misterios duran– te la semana, sino que deseaban vincularse como elementos ele ac– ción al desarroll o creciente ele la devoció n a la Santísima Virgen de Pompeya, hacerse verdaderos apóstoles del rosa ri o, propagar las ho– jas de inscripciones, asistir a las peregrinaciones y contribuir a la mayor difusión del rezo del santo rosari o, ya en público p or las ca– lles, ya en el se no ele la familia , o en privado.
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