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CONVENTO DE NUE VA POMPEYA 151 de promedio. Es dirigida por el Padre Bernarclino de Estella, quien se v e secundado alegremente p or la Junta Directiva ele la Congre– gación de los Mayores . Porque t ocios fo rman una familia mariana y tocios ti enden al mismo fin. El Imán de Nueva Pompeya La iglesia ele N u ev a P ompeya ti ene un imán poderoso, cast om- 1, ipo te1_1te _para atraer los co razon es . Es su ' 'V irgenc ita", la sin par Virgen ele Pompeya ( imagen admira ble), prodigiosa concepción a r– tí st i<; a de la in sp iraci ó n s ublime de un g eni o cread o r. ¿ Q ui én no la conoce? ¿ Quién n o ha derramad o su corazón en sentidas lágrimas, en hondos s u spiros ante su s plantas sobe rana s :- ¿ Q u ién. al depositar en s u pie el óscu lo de amo r, no le ha dirigido los ru egos más f er vien– t es? La madr e p or la sa lud del hi jo e nfermo, la espo~a por la colo– cac ión, el bi enes tar, la n 1el ta al buen camin o del esposo idolatrado . l:c niñ a ca,;arlera por la pron ta r ea li zacit'.i n del ensueño que acaric ia :-:u ment e y su co razt'rn, el e,; tudiante po r e l éxito feliz de s u s exá– menes, el em pleado po r e l a um e n to o conse r vac it'.i n de s u su eldo, to– do el que siente latir ::; u pecho al impul so de una ráfaga de fe, v ien '.:'. a dep o,; itar s u ,; ca riii u,; , su .~ t emo res . s us cui tas, s u ,; cle,;eos ante la ,,. ugusta De idad Pompeyana. "El Santuario de :N ue,·a Pompe_,·a -decía el diario bona é'. ren ::;e "La l{azL>n'' del 1-t de febrero ele llJ:?5- g oza entr e lo,- cató li cos de un prestigio difíc ilm ent e igualado por otro en nuestro país, y b ie n ~e adviert e qu e es el fervor r eli gi oso el que anima a los con curren– te s al Santuar io, pu es ni los rigo re s de l in vie rn o. ni la s altas tempe– ratura s del ve ran o, son ób ic e para que en las h o ras ele las funciones _religiosas e l camarín ele la V irgen del R osa ri o se vea literalmente lle– í10 el e fi eles que se 1·e nuevan in ce,;anteme nte". Es la "Virgen c ita " el imán que atrae a toci o el mund o. pa ra r eci– bir su s súplicas y despacha rl as favorablemente. El Libro de las Súplicas L o conocen perfectamente las cle,· o ta s de la V irgen ele Pompe– ya . En él vac ían sus deseos, su s ru eg os, s u s anh elos, s u s do lo res, :,us esperanzas. E sos libros son la vida, la hi s toTia del h ombr e y ,1::'. h mujer, entreverada ele consuel os y ele penas, de risa s .,· de lágri -