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11 6 FL·.,D.\CIO:'\l::S E'.\ .\RGE;>;Tl1".\ Y Cl ll l.E c1on, D. Vicente Chapar r u e:=-taba, acaso como ini ciador ele la idea, grandemente interesad o en que se lleYara a cabo . Ko faltaban ni la ~• ut o ri zac ión ele Roma, ni la henenilencia ele la autoridad de la d it'J– cesi,;. ni los medi os nece:-;a r ios para el caso. El legado qu e dejara D. :1\farcos Rebolledo para u n estableci mi ento rel igi oso alcanzaba a $ 50.000, q u e responde rían a 200.000 ele hoy. Renunciada po r part,: de lo;; PP. R edentorista,-; , primeros señalados por el t estado r , la h e- 1encia, q u edaba a merced del d ioce,;a no ,;u aplicación a u tro Instit11- to. El Sr. Vica ri o Capitular la ofreci<'i a los Capuchinos. El P. Usún ~•cept<J el legad o con fec ha ele 1-1- de mar zo ele lR<JO. Pero cuando se q ui so ejecut ar el decreto. puso u hstác ul r,s el albacea ele Doña B rígi– da ]{eholleclo. h e rede ra el e I)_ l\'larcos R ebol ledo, y todas las espe ran– zas fallaron. El P. U rbano de l:l o lonia r ec la1rn'i el 12 de marzo ele l 890, po r medio de 1). 1 )agoherto F. Lagos . como con:=:ta por docu– mento del archi vo ele L o,-; .\ngelc,-;_ pero nada se log-ró. y aun pa r ec e <lll e el Tribunal ele primera in,;tan cia ele Cnncepciún fa lló en contra de la reclamaci ón ecle,-iástica. No obs tant e. la id ea d :.: fundar el Coll\·en to de Los /\ ngeles s i– g u :ó ;; u camino. El \ ricario Capitu lar auto r izó su erecc ió n por d e-– creto ele 28 ele marzo de l RC)Q ( l ) . El P . lJ,-; ún tratt'> de allegar recur– "º" ele limosna y com i,-;i unó al P. Ramó n de l\Tatarú el S ele agost" ele 1890 para qu e hiciera una co lecta gen eral. l\íientra,-; tant o, fueron cle:=;ignaelus cornu fundadme:=; del Con – Ycnto lo s PP. (~ahriel ele Acli<'is y Baltasar d ..: L ocla re ~, y lo in a ugu– ra ro n a su muelo. en el mismo me,-; ele marzo de ]ROO. Ya nos con"– cían las gentes ele aque l lugar . porque en un a carta rie l T' . Calasanz c:e Man resa al Rmo. P. Ll e\·anera,-;. ,;e Ice lo sigui ente: Después c]P liahe r preclicaclu cuatro o cinco sermone,; d urant e nuestra permanen– ci a en e,-; ta ci u dad ele C() ncepción, mi primera misión fu é en la ci u– dad de L os Ang-eles, cuyos mo rad o res nos recibieron como a un o,; e1 \·iad o,-; del S eiior; elespohlc'J,;e la población para Yen ir a recihirn u,; a la estación, sembrando de flore:=; el camino por clonrle debíamos pa– sa r (ca rt a clel 7 ele en ero ele 1890) . Para instalar,-;c convenientemente tu\·ieron que procurar algún terren o q ue se ofr ec ie:=;e en \·enta. En efec to , el 19 ele agosto el e 1890, Doña Carolina Cifu entc:-:, Yi u ela ele Harrus. Yenclía . al R. P. ( 1) ""!\! cnsajcro Seri1íico'" , j1111io 1890, púg-. 3JR.