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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS rolinas; pero, una vez en Manila, se les negó el pasaje de vuelta a la misión 4 • Finalmente el estado de la economía de la misión iba de mal en peor, debido, al parecer, a la poca habilidad admi– nistrativa del procurador de Manila, P. Berardo de Cieza, aunque su sucesor P. Alfonso de Morentin había trabajado lo indecible para corregir algunos abusos y pagar la deuda que, por entonces, ascendía a varios miles de pesos. De abril a diciembre de 1899 tuvo lugar la tercera insu– rrección de Ponapé, corriendo grave peligro los misioneros, quienes fueron defendidos por algunos soldados españoles y por los carolinos católicos. Finalmente en febrero de 1899 moría, al parecer, enve– nenado, el P. Agustín de Aríñez en Ponapé, uno de los mi– sioneros más eficientes de Carolinas 5 • Indecisión de Carolinas. Durante largo tiempo hubo inquietud sobre el futuro de Carolinas, dando cada uno su parecer, pero sin poder tomar una decisión definitiva, hasta que en junio de 1899 llegó un cablegrama anunciando la venta de dichas Islas a Alema– nia. En efecto, una vez destruído el imperio colonial de Es– paña por la guerra de 1898 con los Estados Unidos, las Islas 4. La trampa fue hábilmente preparada por el Gobernador de Po– napé en connivencia con el Gobernador de Filipinas. No pudiendo volver a Carolinas se vieron obligados a tomar pasaje para España. 5. El fatal desenlace ocurrió poco después de tomar una medicina, recetada por el practicante del cañonero "Quirós" ... El P. Agustín de Ariñez prestó heroicos servicios a España como intérprete oficial y co– mo capellán... en un principio fue muy querido por todos, pero, al final, se convirtió en aborrecible pesadilla de algunos por su celo y decisión en condenar los vicios y escándalos de los españoles. 83
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