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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS Respecto a las fabulosas riquezas de los frailes de Fili– pinas, dice una publicación americana 7 : ªMucho se ha di– cho sobre la riqueza del clero de Filipinas. Por io que al clero secular compete, en gran parte vivía en pequeñas ca– sas de caña y nipa, que eran juguete del viento y de la lluvia ... Las Ordenes Religiosas, ya por concesión del Go– bierno, ya por fáciles compras, adquirieron propiedades in– cultas e improductivas en el tiempo de su adquisición. Sólo cuando éstas dieron hermosas cosechas se clamó contra su dominio... Mediante el empleo de medios lícitos, únicamente el método, la previsión y la economía, procuraron el au– mento de sus propiedades Y añade Browning: "Los frailes (de Filipinas) gozan fama de ser muy liberales. Realmente ellos fueron los bien– hechores de los pueblos y los guardianes de sus propiedades, diligentemente cuidadas y sabiamente administradas". Al implantarse la soberanía americana en el Archipiélago Filipino, el primer Gobernador General Sr. William Taft preparó con toda diligencia un detallado cuestionario que contenía 34 preguntas y lo envió oficialmente a los Superiores de las Corporaciones Religiosas de Filipinas con el expreso encargo de contestar veraz y puntualmente a dichas pre– guntas. Una de las peguntas era: "¿Ha habido casos de inmorali– dad de párrocos miembros de su Orden? ¿Han sido casti– gados los culpables? Otra pregunta decía: ¿Qué propieda– des tiene la Orden de Vd. en estas Islas? El Superior de la Orden de Capuchinos respondió a estas dos preguntas como sigue : "Aunque parezca orgulloso el decirlo, puedo asegurar 7. The Catholic World, juiio 1899. 77

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