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BIENVENIDO DE ARBEIZA En nuestras Residencias hemos de hermanar con la vida apostólica y trabajo del ministerio, la vida regular lo más perfectamente posible. Así pues, respecto a ella guardaremos lo siguiente : a) Nadie saldrá de casa sin permiso del Presidente. b) Se guardará el silencio en las horas que prescriban nuestras santas constituciones y en todo tiempo el silencio evangélico; el tiempo que deje libres a los misioneros el ministerio apostólico, lo emplearán en estudiar en la celda y en formar trabajitos que puedan ser de honor a la misión. e) Durante la comida se leerá en la mesa, al menos du– rante un rato, y después se guardará el silencio, excepto los días que el P. Superior por justa causa dé "Deo gratias". d) La bendición de la mesa ... y rezos de costumbre se harán como en la Casa Central de Manila. e) El horario y distribución de tiempo, idem. El primer martes de cada mes, a las g de la mañana, se tendrá formalmente la conferencia y resoluciones de casos de moral y regla. Se tendrá la conferencia en las mismas Residencias o en alguna más céntríca o se mandarán los casos resueltos por escrito a la Casa Central. En todas las Residencias se llevará una especie de diario o crónica donde se apuntarán hasta las cosas más pequeñas que ocurran en el distrito, los trabajos apostólicos de cada uno de los misioneros, los viajes, conversaciones que ofrez– can algo de particular, los padecimientos y sinsabores, las funciones de iglesia y escuela, etc., etc. Cada mes se remi– tirá a la Casa Central copia de lo escrito en dicha crónica, con el fin de formar todos los meses algún artículo de la mi– sión para las revistas de la Orden y especialmente para ir ordenando en la Casa Central la Crónica General de la Mi- 386