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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS dicar, confesar y demás ministerios apostólicos, especialmen– te en los pueblos que carecen de párroco ; todo esto se hará con beneplácito y por algún motivo como la cura de almas... se tomarán no a título de parroquias sino a título de casa de Misioneros ; el Presidente de la residencia llevará el nom– bre de Párroco o, por mejor decir, la carga de cura de al– mas. b) Residencias sin cura de almas en algunos puntos principales, especialmente en las poblaciones donde residen los Obispos. En ellas, como en las anteriores, deberán vivir seis u ocho religiosos con vida regular. Antes de tomar es– tas fundaciones, debe mirarse y considerarse muy bien; porque además de ser muy difícil la subsistencia de los re– ligiosos, tampoco es fácil mantener la paz y harmonía con los párrocos de la población, a no ser que nos rebajemos a ser materialmente coadjutores suyos en el sentido estricto de la palabra. e) Regiones aisladas de infieles o fieles donde estemos con cierta independencia y sin contacto con los clérigos secu– lares ni con los regulares de otras Ordenes. En este caso, en cada pueblo o estación ... residirá por lo menos un Padre y un Hno. En el punto príncipal o más céntrico de la región deberá ponerse un Vice-Superior Regular. El Superior Re– gular, antes de hacerse cargo, deberá examinar la región por sí o por otros Padres entendidos y ver si los religiosos podrán verse y comunicarse con facilidad siquiera una vez al mes. 6. Como el objeto y fin de esta misión no es dedicarnos a la enseñanza, no se alentarán aspiraciones de fundaciones de Colegios ni de otras obras que nos distraigan de nuestro fin principal. Pero en todos los Centros Apostólicos debere– mos crear una escuela católica de niños y otra de niñas, donde se dé tan sólo la instrucción primaria. 383
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