BCCCAP000000000000000000000186

LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS In Memoriam. Hacia primeros de abril los Superiores de las Ordenes re– ligiosas españolas determinaron hacer algo por los religiosos muertos en Intramuros. Alguien propuso que se desenterraran todos los que esta– ban en los refugios de la Catedral; pero debido a la dificui– tad de la excavación y a que el refugio grande era muy profundo, se había hundido el techo, y teniendo también en cuenta lo difícil que era buscar trabajadores para tan des&.– gradable faena, se determinó de común acuerdo dejarlos don– de estaban. Por de pronto se acordó reunirnos en el lugar de la tra– gedia, enterrar mejor algunos muertos, que aparecían junto a la salida del refugio grande, rellenar todo bien de tierra, poner cruces encima y una vez arreglado todo, rezar un responso. No había trabajadores. Los religiosos fuimos los que bajo un sol canicular empuñamos palas, picos y azadas arre– glándolo todo según lo convenido. Después cada Superior rezó un responso. Algo más tarde se tomó la determinación de preparar una lápida de mármol arrimada a la pared de los refugios con los nombres de los muertos. Y con eso quedó, al parecer, terminado este asunto. Pero sucedió que durante el mes de enero de 1946, los americanos comenza– ron a limpiar los escombros o ruínas de Intramuros, inten– tando remover también el lugar donde estaban los religiosos. Celebramos apresuradamente una reunión y se determinó de– senterrar los restos y llevarlos a la espaciosa Capilla-Panteón documento por escrito, pero prometió hacerlo más tarde; en las cere– monias de la bendición solemne, usó el nombre de Santa Teresita y el de la Virgen de Lot1rdes. 363

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz