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BIENVENIDO DE ARBEIZA De Intramuros a San Rafael. La casa de la calle Muralla la tenían provisionalmente, hasta encontrar otra más apropiada; pero es el caso que les era sumamente difícil encontrarla. Mucho fue lo que tuvieron que molestarse en este senti– do, pues como nota el cronista, "había días en que salían mañana y tarde, yendo unos por un lado y otros por otro en busca de una casa de su gusto". Por fin, después de muchas pesquisas dieron con una bastante espaciosa y que podía alquilarse por sólo P. 60,00 mensuales. Estaba situada bastante lejos de Intramuros 5 , en la calle de San Rafael n.º z y allí se trasladaron sin pér– dida de tiempo. Dos años bien cumplidos vivieron en San Rafael, vién– dose de nuevo obligados a salir el r de octubre de 1890, por haber comprado dicha casa D.ª María Elfo de Roxas. Y a tanto llegó la poca consideración del administrador Sr. Pa– blo Nalga, que se vieron precisados a recoger apresurada– mente el mobiliario, y, sin pérdiaa de tiempo, ponerlo sobre varias carretas, saliendo de dicha casa sin saber a dónde dirigirse. 5. La ciudad de Manila está junto a la bahía que lleva su nombre. En un princípio estaba toda rodeada de fuertes murallas. En la sección murada o Intramuros tenía su residencia oficial el Sr. Arzobispo. los altos empleados de] Gobierno y la gente de alguna importancia. Allí estaban todas las oficinas del Gobierno Civil y los conventos principales de las Ordenes Religiosas Españolas. Allí se habían edificado también los centros de enseñanza más impor– tante como fa Universidad de Santo Tomás junto con el Colegio de San Juan de Letrán de los Dominicos, el Ateneo de los PP..Jesuitas y varios colegios de religiosas. Cuando Manila quedó destruida durante la guerra americano-japonesa vivían en Intramuros 20.000 personas. 36

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