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CAPITULO XXXIV Visita del M. R. P. Ricardo de Lizaso, Provincial de Navarra. Después de varios años de incomunicación con la Madre Provincia y después de pasar más de diez años sin recibir nuevos misioneros, por fin el 27 de mayo de r947 y a bordo del vapor "Haleakala" llegaron felizmente a Manila el M. R. P. Ricardo de Lizaso, Provincial de Navarra, su secreta– rio el R. P. Serafín de Lezáun y los PP. Pastor de Arráyoz, Cayetano de Sesma y Carlos de Urzainqui, destinados a Fi– lipinas, junto con otros cuatro religiosos para la misión de Kansu (China). Inútil es aecir el entusiasmo y alborozo con que nos sa– ludamos, apenas nos vimos. En el puerto estábamos espe– rándoles, el Ilmo. Mons. Miguel Angel Olano, el R. P. Gil de Legaría, el R. P. Isaac de Azpeitia, el Hno. Fr. Jesús de Begoña y un servidor. Nuestra alegría quedó un poco men– guada con la tardanza de las autoridades del puerto en visar sus pasaportes; así que después de casi tres horas de espe– ra, pudo por fin desembarcar el M. R. P. Provincial, a quien llevamos enseguida a nuestro convento de Santa Teresita; a las dos horas llegaron todos los demás misioneros. Una de las primeras visitas que hicimos fue para nuestros queridos hermanos muertos en Intramuros. Visitamos el 356

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