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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS parroquia. Según consta en nuestros récords, dijo el japonés dichas personas fueron muertas el día 30 de julio. -Creo que fue otro día- replicó el P. Jacinto. Miró otra vez los papeles y dijo el japonés: Sí, tiene razón, fue el día 31 de julio. Contestó el P. Jacin'to: puede preguntar Vd. tan– to a mis sirvientes como a los del Padre de Bugallón y dirán que yo no estaba ese día en mi parroquia; fui por la ma– ñana a visitar a mi compañero de Bugallón y juntos cele– bramos la fiesta de San Ignacio, santo de nuestra tierra. Así era en efecto. Hablaron algo más y, gracias a los buenos servicios del Sr. Nakashima y desde luego al buen corazón del jefe de policía, se echó tierra al asunto y los dos Padres volvieron a sus parroquias muy contentos del feliz resultado de la in– vestigación. 327

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