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BIENVENIDO DE ARBEIZA No fue tan oculto el trabajo que no llegara a saberlo el Sr. Buckisch, y, justamente alarmado, amenazó con dar a la publicidad la lista negra de las escuelas en peligro de cierre inmediato, y que él no dudaba en aplicar los epítetos más denigrantes, llamándolas escuelas entrampadas, rebel– des, mercantilistas, etc. Fue entonces cuando el P. Cesáreo, caballero andante de todo ideal noble y levantado, sin temor al qué dirán, ni miedo a las consecuencias, decidió sacar a la vergüenza pú– blica la actuación "dictatorial" del Sr. Comisionado y, como lo pensó, lo hizo. Preparó un valiente artículo, acumulando cargos y acu– saciones contra dicho Se~or Comisionado, entreverando frases punzantes y retadoras, y no contento con eso, lanzó también una grave acusación contra el mismo Vice-Gober– nador Sr. Gilmore y Señora, haciéndoles responsables en parte de la actitud obstruccionista y hostil de la oficina de Instrucción Privaaa. El P. Cesáreo en la Cámara Baja. Debido al gran revuelo causado en la opinión pública por la prensa, que casi a diario traía artículos e información la dirección de los PP. Jesuitas de Vigan. Estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Filipinas, ocupando uno de los primeros puestos en los exámenes ; ha merecido en dististas ocasiones valiosos premios y condecoraciones en certámenes literarios y debates oratorios. De palabra fácil, ardiente y arrolladora, dominando a la perfección el español y el inglés, y con el valor y coraje propios de la raza ilocana, ha sido uno de los exponentes más prestigiosos del catolicismo militante en Filipinas. En enero de 1928 recibió la condecoración pontificia "Pro Ecclesía"... Fue Secretario de la organización cívico-religiosa "Los defensores de la libertad. En las eleciones de 1938 salió de nuevo diputado por el primer distrito de Ilocos Sur. 284
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