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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS Al mismo tiempo no daba paz a su bien cortada pluma, esc:ribiendo en español infinidad de artículos y poesías para revistas y periódicos, como "Verdad y Caridad" de Nava– rra, "Nueva Pompeya" de Argentina, "La Defensa" y "Cul– tura Social" de Manila, etc., etc. Además dejó varios cua– dernos de artículos y crónicas muy interesantes. Pero donde más y mejor se traslucía su espírit\l misional, era en sus célebres sermones y misiones, manteniendo más de una ho– ra colgadas de sus labios a miles de personas, cautivadas por su elocuencia persuasiva y el recio temple apostólico de su alma. El fue quien inauguró la procesión fluvial de la Virgen de Lourdes a lo largo del espacioso río Agno con asistencia del Sr. Obispo y delegaciones parroquiales de dis– tintos pueblos, siendo a los pocos años una de las solemni– dades religiosas más concurridas de la Diócesis. El también quien mandó levantar en uno de los montes más altos una gran Cruz, y el día de la inauguración llevó hasta dicho lugar una gran muchedumbre, celebrando misa de tres presidida por el Sr. Obispo y con asistencia de per– sonas prominentes de distintos pueblos, etc., etc. Sin embargo, lo que realmente consumía las energías de su cuerpo enfermizo, eran las diversas atenciones y cuida– dos que exigen las parroquias de Filipinas 8 • 8. Algún tiempo antes de encargarse de la extensa parroquia de Aguilar, decía refiriéndose a su parroquia de Bugallón: "Catorce mil almas sedientas de instrucción son campo de sobra para catorce sacer– dotes; sobre todo hallándose como se hallan... en barrios distantes hasta ocho o diez kilómetros". (Archivo de la Misión). En efecto, en Filipinas las parroquias son excesivamente grandes, debido a la falta de sacerdo– tes; de tal modo que hay parroquias donde podrían trabajar muy bien, catorce, y aún veinte y hasta treinta sacerdotes, pues hay parroquias de treinta, cincuenta y aun cien mil feligreses con una extensión geográfica de muchos kilómetros; se ha de tener en cuenta todo el trabajo de es– cuelas y catecismos, bautizos, casamientos, enfermos, misas de barrio, preparación de sermones, etc. Sin olvidar que las mil y una sectas pro- 275
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