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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS de la V. O. T. de N. S. Padre anunciaba al pueblo nuestra llegada al Convento; la Rda. Comunidad con el Preste, Cruz y acólitos con multitud de gente nos esperaban a ]a puerta de la iglesia. Así que llegamos al presbiterio se ento– nó un solemne TEDEUM en acción de gracias ... al que siguió una tierna plática qce pronunció el M. Rdo. P. Saturnino de Artajona, presidente de la Misión y Superior de la parte oriental de Carolinas". Así entraron oficialmente en Manila los primeros Capu– chinos, llamando grandemente la atención del público ma– nilense por su hábito recio y pesado, sus sandalias, su ton– sura y sobre todo por sus largas barbas 7 • De Manila a la isla de Yap. Terminadas las ceremonias de la recepción oficial con las consiguientes emociones, hospedáronse los once Misio– neros en el Convento de San Francisco, donde según hace notar el cronista P. Juan M." de Ansoain, fueron atendidos da oficial con TE DEUM en la Iglesia de San Francisco. El venerable P. Francisco Solaun, dominico, que todavía vive al escribir estas lineas -1936-, fue uno de los que acompañaron a los Capuchinos desde Santo Domingo a San Francisco. El Convento e Iglesia de Santo Domingo, junto con otros edificios de Intramuros, fueron completamente destruidos por los aeroplanos bombarderos japoneses el 27 y 28 de diciembre 1941. 7. Fue el insigne Fr. Francisco de Pamplona, organizador y fundador de las misiones de América, uno de los primeros Capuchinos que tuvo la idea de trasladarse a Filipinas"; en 1648 penetraba (Fr. Francisco) en la salvaje región de Darién con siete Padres y dos Hermanos, todos españoles, con licencia de trasladarse a Japón o Filipinas, si el éxito no acariciaba su empresa en América". Confr. Reseña Hist. de Argentina y Chile, p. 34. 27

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