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BIENVENIDO DE ARBEIZA nosotros estábamos codo a codo aprendiendo la lengua pan– gasinán". La iglesia corría parej2s con el convento ; pues estaba compuesta de maderos viejos y planchas de hierro con no pocos agujeros. Así comenzó nuestra misión de Pan– gasinán; mucho entusiasmo era necesario para no desfalle– cer en una empresa tan difícil, ya que se trataba de una restauración radical y completa en lo material y en lo espi– ritual. Ambas cosas se consiguieron, como veremos luego" 1 • Las parroquias de Labrador y Sual. Los PP. Dominicos, que regían la Parroquia de Linga– yén, fundaron el pueblo de Labrador el año 1753, cerca del lugar llamado Tubuan, donde según la tradición, los Pa– dres Agustinos Martín de Rada (nat1;1ral de Pamplona, Na– varra), y Pedro Holgado habían levantado la primera capi– lla cristiana en la Provincia. Se creó en dicho pueblo una vicaría en 1758, siendo su primer Vicario el P. Antonio Ruiz. La Iglesia se construyó hacia el año 1756 por el P. Domingo de San Joaquín. Sus grandes muros son de cantos rodados y madréporas con una argamasa muy floja. Los mismos materiales se emplearon para el convento. Sual, agregado de Labrador, se fundó en 1805, creán– dose allí una parroquia en 1835, siendo su primer párroco el P. Gabriel Pérez, dominico. l. Ya el año 1904 intentaron los Capuchinos hacerse cargo de varias parr<•quias en Pangasinán. Dice así el P. Morentin: "Se nos oirecieron 10 ó 12 Parroquias por Mons. Harty, todas ellas grandes y hermosas en Pangasinán y todas ellas sin sacerdotes desde hacía bastantes años... No las aceptamos, porque no teníamos entonces ni preparación ni espíritu para esas empresas en que hubiésemos fracasado". Cfr. Apuntes del P. Morentin, 1937. 260
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