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BIENVENIDO DE ARBEIZA en tiempo de España la fuerza armada, para dar caza a los propagandistas, los protegía, sancionaba sus mítines, y con la ley de libertad de culto todas las religiones eran conside– radas y puestas en un mismo pie de igualdad, creyeron, en su sencillez aldeana, que prácticamente todas las religiones eran iguales y que lo mismo daba ser católico que protes– tante, espiritista o aglipayano ... , terminando algunos por dejar la cuestión religiosa a un lado para librarse de líos y discusiones. 4. º Finalmente si este estado de cosas se hubiera reali– zado en Filipinas, estando al frente de cada parroquia un sacerdote celoso e ilustrado, él hubiera sido "sal terrae et lux mundi" ... , pero como al salir los frailes españoles de sus parroquias, muchas de éstas fueron abandonadas, el ene– migo tuvo tiempo sobrado para sembrar a manotadas la semilla del mal.. . y esta semilla pudo germinar, echar pro– fundas raíces y dar frutos venenosos ; ·pues muchas parro– q_ uias estuvieron vacantes durante veinte, treinta y más años 7. 7. Con esto podrá formarse idea el lector, del trabajo inmenso que tiene un párroco en Filipinas, máxime si la obediencia le manda a tra– bajar en uno de esos rincones de la viña del Señor durante muchos años abandonado. Por ahí se poqrá ver la importancia extraordinaria que tiene en Filipinas la Apologética cristiana. Aunque el sacerdote no sepa mucha Fisiología, ni francés, ni logaritmos, si está bien puesto en la apologética, su éxito está seguro... Lo dicho de Panga,inán puede ha– cerse extensivo a toda Filipinas. En el pueblo de Asingan (Pagasinán), que tiene unos 20.000 habitantes, hay alrededor de su extensa plaza junto con la Iglesia Católica, otras ocho iglesias correspondientes a ocho sectas distintas. 258

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